sábado, 24 de noviembre de 2012


EL SOL Y LA GENETICA

 …..he aquí que un ángel del Señor se aparece en sueños a José y le dice: Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y estate allí hasta que…

Algunos evangelios cuentan como Herodes mandó matar a los inocentes, pues tenía miedo de ser sustituido por el Mesías que según las profecías habría de venir. Fue entonces cuando José, el marido de la Virgen, avisado por un ángel se trasladó con su familia a Egipto hasta que tuvo noticia de la muerte del tirano. Por supuesto que esta narración no es sino un recurso literario empleado anteriormente en la historia de Krishna cuando el malvado rey Kamsa, ordenó matar a los niños en la India. También aparece esta figura en el caso de Moisés cuando el faraón mandó matar a los recién nacidos. Todos estos relatos son falsos, pero en el caso de Herodes se sabe con seguridad puesto que Josefo y los otros historiadores de la época no recogen en absoluto tal barbaridad histórica.
¿Por qué Jesús tiene que ir a Egipto?
Egipto era el único lugar donde ese niño podría seguir evolucionando en su cuerpo físico. Sus órganos, su piel, su cerebro, necesitaba ser tratado en el mejor de los laboratorios terrestres : las pirámides.
Jesús fue llevado al interior de Keops donde maestros en ingeniería genética modificaron sus sentidos para que creciese de forma diferente al resto.
Durante todo ese tiempo se impregno de la cultura y costumbres egipcias, marcándole de tal forma que intento reproducirlas de adulto en Israel (el trato ecuánime hacia la mujer, los avances en medicina y astrología, el desarrollo y tratamiento de plantas medicinales…..)
La sangre del Cristo no era la que hasta entonces tenía el ser humano. En Jesús se inaugura un nuevo grupo sanguíneo, el AB. Sangre venida del espacio para mejorar la raza humana.
Jesús fue programado tanto en su nacimiento como en su devenir hasta la muerte en la cruz. Tuvo necesariamente que ir a Egipto en la primera etapa de su vida, para que dicha siembra genética recibiera los nutrientes necesarios que solo la energía piramidal podía otorgarle. Solo cuando se conocen los efectos terapéuticos de las pirámides se puede afirmar tal cuestión. No es caprichoso por tanto, que Jesús viajara a Egipto, en igual medida que lo hizo en el mismo tiempo Apolonio de Tiana cuando viajó a la India. Esto seres estaban programados y sus actos dirigidos por una Inteligencia superior.
Es necesario llegar al siglo XXI para comprender la tecnología de los dioses.
Quizás tenemos que regresar a casi medio millón de años atrás para ver cómo seres procedentes del espacio visitaron nuestro planeta para acelerar la vida de un primate y crear el “homo-Sapiens”. Fue mediante inserción genética neuronal y biológica, que se mejoró la vida del primate primigenio y se le programó para un ascenso evolutivo, que sin duda nos llevará millones de años en el futuro.
Al final seremos a semejanza de nuestros padres espaciales, seres extraordinariamente evolucionados y habiendo conseguido los valores armónicos de Justicia, Paz y Amor universales. Seremos, sin duda, hombres realizados plenamente con un estado de conciencia compartido en valores superiores y por supuesto, armonizados y confederados con otras civilizaciones del Cosmos.
Aunque nos resulte frustrante, los mayores y mejores procesos evolutivos y ascensionales de la historia, han sido provocados o tutelados por nuestros padres genéticos. Han sido ellos los que en diversos periodos de nuestra Historia, han programado contactados-profetas, avatares y enviados que mediante su ejemplo y su doctrina, crearon modelos de comportamiento más evolutivos.
Pero simultaneando a estos enviados, los Seres Superiores también activaron otra actividad más silenciosa y más tecnificada. Nos estamos refiriendo a la aceleración genética de la raza, mediante la inseminación de genes en mujeres terrestres, de las que nacieron grandes seres o activando mediante su tecnología, mejoras en la fauna y flora del planeta, con aportaciones de frutos y animales venidos de otros rincones del Cosmos. Estas Vírgenes que en forma milagrosa alumbraron grandes seres se reparten por todas y cada una de las razas terrestres. Eran mujeres preñadas por genes que aceleraron la evolución terrestre.
¿Cuándo se dieron estas mejoras? Sin ninguna dura, cada vez que nuestro Astro Sol producía una aceleración en la longitud de onda y frecuencia de la emisión de la luz, Ellos venían y adaptaban la materia terrestre a esta nueva emisión solar. Es el Sol el que programa la vida en el planeta. Es el Sol el que puede alterar la genética humana, mejorándola o destruyéndola.
Cuando nuestro Sistema Solar alcanza posiciones claves frente al Centro Galáctico, como el que se da en este año 2012 con las profecías Mayas, se produce una tremenda actividad de ingeniería genética por parte de los dioses para acelerar este proceso evolutivo.
Su tecnología es impresionante y roza la ciencia ficción para nuestra comprensión. Vamos a narrar algo inverosímil que para muchos resultará una falacia, pero que para otros resonará en su interior como algo recordado, intuido o compartido:
La Confederación de Mundos a través de los “24 Ancianos de la Galaxia” habría creado un plan por el cual, cuarenta y dos generaciones de seres terrestres habrían sido manipuladas mediante una mejora genética progresiva; siendo la Virgen María, la última de dichas mejoras por la cual habría nacido el llamado Jesús el Cristo. Fue este ser el que inauguró un nuevo grupo sanguíneo sobre el planeta, se trata del “grupo AB” Esta sangre había sido transportada desde el planeta Hoova, proveniente de uno de sus grandes maestros, al que los humanos llamaron Jehová.
Jesús el Cristo, era el primer ser nacido de madre terrestre con una impronta genética-evolutiva, como nunca se había dado en el planeta. Su sangre era sagrada, distinta, superior, más perfecta. Es por esto que en torno a su sangre se levantaron las leyendas del Grial y de la redención en la Cruz.
Volvamos al Sol. ¿Qué pasaría si a nuestro Sol le introducimos nuevos valores programáticos; es decir, si aceleramos su frecuencia? Pues indudablemente que la materia terrestre tendría que adaptarse a los nuevos valores. Algo ocurrió en este sentido hacia el año 30 de nuestra Era. Pues Plinio el Viejo, recoge en sus crónicas históricas, como hacia ese año un fenómeno extraño, como jamás se había dado en la Tierra, ocurrió en nuestro Sol. Este fenómeno había dejado perplejos y extrañados a los astrónomos de su época.
Lo curioso es que cercano a Alejandría en el país de los judíos,  en ese preciso instante Jesús el Cristo moría en la Cruz. El Nuevo testamento también recoge este proceso en forma milagrosa: “…..Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde. El velo del Templo se rasgó por el medio. Jesús, con un grito, exclamó: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Y diciendo esto, expiró”
Fue en el preciso instante en que Jesús es introducido “vivo” en el sepulcro, preparado por Jose de Arimatéa, cuando su sangre fue extraída por estas Entidades Estelares. ¿ Para qué querían la sangre?...
Justo en ese instante una enorme astronave se acercaba a nuestro Sistema Solar. Su procedencia era de un sistema solar próximo al centro galáctico. Su carga: plasma solar de dicho sistema. Plasma de una gran calidad vibracional, puesto que cuanto más cercano al centro galáctico más y mejor su calidad energética.
Una pequeña astronave, que en todo momento había seguido la pasión del Cristo, recogió la sangre del Maestro y voló fuera de nuestra órbita planetaria, dado que la gran astronave venida del centro galáctico si se habría acercado más a nuestra órbita habría desestabilizado nuestro eje magnético. Su dimensiones de varios Km.  de largo y ancho y su campo magnético era superior al de muchos planetas.
Los ingenieros celestes dentro de la astronave tomaron la sangre del maestro y la mezclaron con el plasma solar del centro galáctico. Esta mezcla fue sometida a una fuerte aceleración vibracional. Esta mezcla fue a su vez informada por los ingenieros genéticos del espacio. El resultado final fue una bomba de plasma con capacidad de cambiar el ADN y ARN biológico humano.
Faltaba insertarlo en el hombre. Pero lógicamente no se podía inyectar a todos y cada uno de los seres vivos de nuestro planeta. El proceso, como en otros casos, era protocolario y ya repetido en la antigüedad: Bastaba con inyectar dicha programación en el Sol, para que la nueva información y frecuencia solar pudieran alterar, programar y mejorar la materia en nuestro planeta y acelerar a su vez la evolución del cuerpo y psique humanas. Así cada mañana los rayos del sol, bañarían de nueva información a todo ser viviente en el planeta.
La gran astronave se acercó al Sol y un tremendo disparo de una bomba de plasma chocó contra el halo solar, preñándolo de una nueva información y  bajando el nivel de radioactividad solar.

Fue a partir de entonces que los sueños del ser humano fueron más armoniosos, qué disminuyó la violencia de las fieras y de los hombres que las flores fueron más bonitas, que el poeta recitó sus mejores poemas y que comenzó a hablarse del Reino de Dios sobre la Tierra.
Este fue el verdadero misterio de la intervención solar de los Seres superiores, por la cual y empleando la figura de Jesús el Cristo consiguieron un ascenso evolutivo de la Humanidad. Pero la iglesia ni entendió ni aún entiende este proceso y siguiendo un modelo exotérico, que no esotérico, creo una religión sectaria contraviniendo las recomendaciones del propio Jesús, que era contrario a templos y religiones y que decía que solo había un maestro y estaba en los cielos. Solo el ignorante adora a un figura humana, por ser incapaz de entender los misterios. Solo el ignorante otorga todo el poder a un ser, cuando fueron y miles de seres, dimensiones, lógicas, medios y sistemas los que se pusieron en marcha para acelerar dicho proceso evolutivo. Solo el que tiene una venda en los ojos ve las formas, sin penetrar en las causas. Solo el iniciado es capaz de comprender y maravillarse ante la “Inmensa Fuerza que mueve ciento cincuenta billones de Universos” mientras que el pobre espiritual venera a formas y figuras próximas a su propia y limitada naturaleza humana.
La alineación planetaria que estamos viviendo en estos tiempos y a la  que se refiere las profecías Mayas, propiciará otro ascenso evolutivo, por lo tanto ya está en marcha el retorno de los dioses y las sistemáticas intervenciones genéticas que en todas las latitudes de la Tierra se están dando en estos momentos. Muchos de nuestros niños ya están codificados y mejorados con un nuevo programa.  Una nueva vacuna sanguínea se verterá en el Sol y los cambios serán inevitables en los próximos tiempos. Estos cambios no estarán exentos de traumas y de procesos violentos, pues es necesario que muera lo viejo para que nazca un nuevo orden, un nuevo amanecer. Así lo dicen muchas las profecías de las diversas razas. Pero al igual que antes, no se comprenderá bien el misterio de la sangre y su vinculación solar.


viernes, 16 de noviembre de 2012


MUJERES JIRAFA Y LA HERENCIA DE LOS DIOSES

En una región remota de Thailandia, nos encontramos con una ancestral tradición de las “mujeres jirafa”, mujeres que siguiendo su ancestro cultural ponen sucesivamente anillos en el cuello desde su nacimiento hasta alcanzar su edad adulta. Esta brutal práctica, no hace más elevado el cuello de las mujeres, sino que por el contrario es el peso de la chatarra metálica la que aplasta los hombros, la clavícula y la parrilla costal generan graves sufrimientos a las mismas. Por otra parte, quitarse los anillos cuando ya han pasado los años, no es viable, puesto que su cuello no tiene la suficiente fuerza para mantenerse rígido y sus discos y vértebras han perdido su posición inicial con una fuerte rectificación de su curvatura.
¿Por qué hacen esto?, ¿Qué condicionamientos sociales, pueden hacer que seres humanos se auto-agredan tan gravemente?... Pues esta tradición viene de hace miles de años: Los antiguos ancestros de esta raza vieron como venían del cielo seres extraterrestres a los que consideraron dioses benefactores. Estos ET. Venían con una peculiaridad que llamó la atención de aquellos aborígenes. Se trataba de unas placas metálicas que los ET tenían alrededor de su cuello. Era una gargantilla metálica y brillante que llamó mucho la atención de los nativos. Estos viajeros del espacio llevaban también un casco protector. Al parecer esta indumentaria no era caprichosa ni obedecía a las modas, sino que era una protección específica ante la fuerte radiación solar que hace miles de años invadió nuestro planeta en forma de tormentas solares de gran magnitud.
Los ET que nos visitaban conocían perfectamente que las radiaciones solares afectan en mayor medida y prioritariamente a la tiroides, generando cáncer, nódulos malignos y afecciones graves de garganta. Con menos incidencia la radiación solar también afecta al cerebro, aunque en este caso la conformación ósea del cráneo da más protección que en el caso de la tiroides.
Estos seres sabían que la luz genera vida, pero por supuesto genera cambios genéticos y alteraciones graves a los organismos vivos que dependen prioritariamente del Sol para la vida. Estamos ahora mismo en una disposición astronómica que nos acercan al Centro Galáctico y que esta alineación se da cada 12.500 años, por lo que podemos deducir que fue hace esos años, que los dioses se dejaron ver por Thailandia.
Esto es lo que soñé, pero el sueño en sí, me advertía de la peligrosidad que implica tomar el Sol, sin protección en este tiempo. Cuanto más nos acerquemos a Diciembre del 2012, la alineación es más perfecta y las tormentas solares pueden ser peligrosísimas. Hay que tener precaución y sobre todo no ponerse a tomar el Sol en la playa después de las 11 Am, pues las consecuencias pueden ser gravisimas.
Este sueño me remitió mentalmente a todas aquellas barbaridades que el ser humano practica aún en día en nombre de Dios, de sus tradiciones y de su cultura: El practicar la oblación del clítoris femenino. El Darse latigazos en las procesiones en nombre de Dios. El golpearse el pecho o el rostro en forma de arrepentimiento por los pecados humanos. El reducir los pies de las orientales hasta mutilarlos, la circuncisión, etc, etc,   todas estas barbaridades ni nos acercan a Dios ni nos da ninguna compensación psicológica o emocional, sino dolor, mutilaciones e ignorancia. Lo curioso es que cuanto más avanzamos en el tiempo, repetimos los mismos errores. Ahora nos ponemos  pearsing en la lengua o en otras partes sensibles del cuerpo. O nos tatuamos salvájemente para parecer  ”pavos reales”  haciendo el baile ritual para atrapar al macho o a la hembra de turno.
Cada noche me acuesto, pensando cómo podría mejorar  la recesión humanitaria que tenemos. La realidad es que el ser humano ha perdido sus valores, su moral, sus principios, su humanidad. Somos el resultado de nuestra genética y de nuestro entorno, nuestras células y comportamiento vienen dados por el hábitat en el que vivimos. El hábitat está cambiando y con él todas las especies del planeta incluso el hombre. Las radiaciones solares no solo nos afectan en la piel sino a los órganos que secretan hormonas. Son las hormonas las que más y mejor reciben estas alteraciones, produciendo a su vez en la psique humana, alteraciones del comportamiento, depresión, tensión psicológica, y enfrentamientos.
¿Qué podemos hacer?
Evitar el sol a partir de las 11Am, intentar comer los más sano posible evitando lo más posible las carnes, azucares, lácteos y derivados , hacer ejercicio una hora todos los días, tomar selenio o beta caróteno  que aumenta nuestra resistencia a los rayos solares e intentar proteger nuestra cabeza con un gorro y nuestra tiroides lo más posible del sol. La comida que procede de los animales está afectado hormonalmente,  como en el caso de los humanos, por lo que es conveniente no tomar productos cárnicos. Mientras que las plantas no están afectadas hormonalmente, pues no tienen glándulas (hígado, tiroides, gónadas..)
www.heliocentro.org

miércoles, 17 de octubre de 2012


LOS PARAISOS TERRENALES
La Tierra está dividida en muchos países y cada uno tiene su propio gobierno. Las naciones suelen combatir entre sí. Pero el Reino de Dios reemplazará a todos los gobiernos humanos. Será el único gobierno en toda la Tierra. (Daniel 2:44.) Entonces ya no habrá más guerras, crímenes ni violencia. Todas las personas vivirán juntas en paz y unidad. (Miqueas 4:3, 4.)
No cesan ni cesaran por mucho tiempo de llegar los “mensajes”  profecías y augurios de que en breve nos llegará el Reino de Dios sobre la Tierra, o que los extraterrestres nos rescatarán con sus naves ante el inminente fin del mundo o la catástrofe de turno.  Llevo leyendo mensajes marianos, espiritas, contactados y otros semejantes desde hace más de cuarenta años. Cada generación reproduce desde el tiempo de Cristo indefectiblemente el dicho fin del mundo y el rescate de los buenos y el fin de los malos. Curiosamente a quien le preguntas se considera bueno, tanto él como su familia, siendo malos el resto, los otros o los políticos, los capitalistas, los fanáticos, etc, etc,
Bien adentrado el 2012, todo parece indicar que una vez más no habrá rescate estelar y seguiremos aquí resolviendo la crisis, que por otra parte, cada día es más grande y tiene peores augurios para resolverse.
Este espíritu de liberación de la realidad diaria en que vivimos ya la tenía Jesucristo y sus apóstoles. El hablaba de la llegada del Reino de Dios y sus discípulos predicaron esta liberación, pensando que el Reino estaba cerca. Desafortunadamente se equivocó Jesucristo y por supuesto los apóstoles. Han pasado más de dos mil años, y se sigue en la misma dinámica. Quizás ahora no tanto desde el punto de vista religioso, puesto que los errores han sido enormes, sino desde el punto de vista esotérico o metafísico.
Para algunos, los Extraterrestres nos vendrán a rescatar ante la subida de las aguas o el holocausto final de un planeta que se enfrentará a alguna plaga, diluvio o radiación cósmica.  Pues desgraciadamente no solo no se dará esto, sino que seguiremos por unos cuantos siglos esperando un Reino de Dios, que no está precisamente fuera de nosotros, ni en el norte o en el sur.  El Reino de Dios debe dejar paso al Reino del Hombre; es decir, la capacidad que tengamos como raza de buscar por nosotros mismos, la Justicia, La Paz y el Amor y una vez conseguido este estatus, los extraterrestres no vendrán a rescatarnos, pues no habrá necesidad de tal. Entre otras cosas, porque este planeta es el más bello de la Galaxia y en todo caso, para ellos les resultará más fácil venir a tomar chocolate con nosotros que no a diezmar o a rescatar a nadie.
La evolución no es individual, ni siquiera racial. La evolución es planetaria y en la misma medida que evolucionamos como seres humanos también tiene que progresar todos y cada uno de los elementos naturales y vitales que conforman el planeta.  No está bien dicho por tanto “Venga el Reino de Dios a los hombres” pues el sentido egocéntrico de considerarse el hombre el centro de la Creación no es sino un estado de conciencia muy primitivo. La Tierra como planeta tiene una conciencia colectiva, con la que lógicamente todavía no ha conectado la mayoría de la Humanidad. Y Reino de Dios será tanto para el mosquito, como para el vecino de al lado o para el aire que respiramos.
El estado de cosas que tenemos en el planeta nos empuja a liberarnos en todo momento creando paraísos  mentales, y reinos  artificiales, donde vivir nuestra utopía. La mayoría sueña con crear una comuna en un lugar paradisiaco, donde todo será armonía, amor y cariño infinito de todos sus miembros.  Incluso los más osados,  van a construir una comuna donde además de este clima de amor maravilloso, tengan periódicamente contactos con los dioses que vendrán a nuestra casa a tomar un café y a decirnos que somos muy buenos y que por supuesto formamos parte de la Confederación de Mundos.
Yo viví este estado de cosas en numerosas ocasiones. Nuestro maestro iluminado nos advirtió que vendrían tres días de obscuridad, una catástrofe cósmica inminente o una hambruna tremenda para la Humanidad.  Nos compramos sacos de dormir y metimos en los choches  muchos Kg. De frutos secos para sobrevivir en plena catástrofe. Otros sacaron a los niños de la escuela para crear un rebaño aparte. Algunos crearon “Arcas de Salvamento” donde tendrían que refugiarse en breve ante el  holocausto que se avecinaba.  Los menos, cavaron refugios bajo tierras, y otros incluso se dotaron de armas por que se preveía ataques de los “no elegidos” al Arca o el refugio que se había construido.  El tiempo pasó y lo único que cosechamos fue una profunda decepción y una pérdida de tiempo. Y Para la mayoría una pérdida de fe en el Cielo, en los profetas y en los supuestos Dioses que nos enviaban dicho mensaje.
Desde esos años ahora, si han venido varios fines del mundo en Fukusima con 20.000 muertos, o en China con 100.000 muertos en un terremoto o en Subnami de Indonesia o con 70.000 personas que se mueren al día de hambre. Estos seres si que han vivido el fin del mundo. A la vez que los dichosos profetas de turno siguen anunciándonos rescates cósmicos o paraísos terrenales. Los hay aún más sofisticados, pues nos veden cursos para contactar con los dioses o técnicas de abstracción de la realidad para entrar en paraísos psicológicos donde no existe dolor ni sufrimiento.
Curiosamente a mi me siguen proponiendo irnos a una comuna o crear un nuevo paraíso en tal o cual paraje o montaña. Lo curioso es que los que me lo proponen no son mejores que yo. Y vienen de haberse peleado en la pequeña comuna que tenían con su esposa y sus hijos. Somos seres que no hemos superado la pereza,  los hábitos insanos, la crítica, la ira y la intolerancia.  ¿Cómo podemos por tanto ir a vivir en estos paraísos terrenales? Nos costarán varios cientos de años para conseguir un mínimo de valores equilibrados que nos permitan vivir en sociedades armónicas, felices y justas. Pero digo y repito que serán cientos de años.
Yo también he vivido dos veces en comunidad y por supuesto pensando que éramos únicos, elegidos y superiores el resto del colectivo. También mirábamos al cielo y dejábamos una silla vacía esperando que el  extraterrestre de turno nos viniera a visitar. He llegado a superar los sesenta  y he aprendido que no estamos maduros todavía, puesto que todos los antiguos miembros de la comunidad salieron disparados y decepcionados de aquel experimento utópico que habíamos emprendido. He dicho que salimos disparados, pero por supuesto, con casi todos los matrimonios divorciados, empobrecidos totalmente, con hijos traumatizados por nuestros sueños irreales.  Como en toda comunidad hubo infidelidades entre los miembros, y discusiones jerárquicas que hacía la vida imposible.
Esta generación no tiene concedido en su Karma la vida en comunidad. Estamos en un tiempo de aprendizaje, de experimentación y de conservar  y trasmitir a nuestros descendientes los valores positivos y la tradición esotérica y espiritual que les permita desarrollar a la siguiente generación, más dotada, los potenciales con los que han nacido.
El trabajo es sobre todo individual. Es necesario vencer nuestra flaca naturaleza humana, sin que la pereza, el egoísmo, los vicios, la desidia, la falta de caridad y todos y cada uno de los pecados capitales que adornan al humano sean superados . Es importantísimo vivir la solidaridad, la amistad y el servicio hacia los demás.  Después de vida tras vida, cuando estemos preparados, no habrá que buscar el Reino de Dios entre los hombre puesto que el dichoso Reino lo vivirá el hombre en el dia a día de paz, amor y solidaridad.
Es importante compartir conocimientos, ayudarse unos a otros, pero de momento, cada uno en su casa.  Cada uno con sus responsabilidades, con su auto-realización.
Si los Extraterrestres o dioses vienen a rescatarnos será tremendo porque todos nos consideramos dignos y elegidos. Quizás solo los niños pequeños puedan vivir en un mundo nuevo. Recuerdo la película “Señales del Futuro” con Keanu Rives , donde el padre resignado debe dejar paso a su hijo para que sean ellos y solo ellos lo que hereden un mundo nuevo o un Reino de Dios sobre la Tierra. Mientras tanto vamos a ver si podemos convivir sin tensiones con nuestra esposa, o nuestros hijos o el puñetero jefe de la oficina, que seguro que la ha tomado conmigo.
Tenemos codificado en nuestro inconsciente el “mito del Héroe” por el cual debemos morir en la cruz, rescatar a la doncella prisionera del demonio o salvar a la patria de la invasión de los enemigos.  No prestamos atención al heroísmo y el sacrificio de levantarse por las mañanas a correr, del tremendo esfuerzo que implica no contestar a la agresión o ir a visitar a la pesada de la abuela a la clínica, que no termina de morirse de una vez. El heroísmo de pasar desapercibido limpiando un bosque, consolando a un niño perdido o tomándose un café con el pesado de turno que te cuenta sus miedos y quimeras.
El heroísmo del padre Vicente Ferrer, que no solo no construyó ningún paraíso terrenal ni contacto con los extraterrestres, sino que se metió en el lodazal de la vida y en las cloacas humanas para hacer pozos de agua y sembrar la tierra para que los indúes comieran.  El de la madre Teresa de Calcuta, que convivió con la pobreza extrema, la lepra y la miseria humana, sin pedir nada a cambio.
En la Selva Negra de Alemania existe un parque repleto de vegetación y de encinas, que fue plantado por un héroe silencioso. Este pastor cada día plantaba cien bellotas, en el suelo con una barra de hierro. Día tras día desde la Primera a la Segunda Guerra Mundial.  Murió en un asilo resignado, sin medallas, sin reconocimiento alguno, pero feliz de haber realizado su pequeña-gran misión existencial  de sembrar vida.
El problema fundamental del ser humano es considerar que en su corta vida, se debe realizar todos y cada uno de los misterios y profecías habidas y por haber. Cuando la vida misma no es sino un suspiro en el devenir humano, y aún menos que un suspiro en la autoselección de la Tierra. Y casi insignificante en el devenir del cosmos.
La clave está en conseguir la a-temporalidad, es decir, vivir en este tiempo sin tiempo. Mi cuerpo está aquí, pero mi mente es inmortal, es un estado sutil pero asequible. Estoy aquí pero sin prisa, pues el tiempo y yo somos una misma cosa. Vivir y morir no son sino pequeñas fases existenciales, pues yo era antes y soy ahora para perpetuarme después.  Este es el verdadero estado de libertad profunda. Este es el verdadero Reino de Dios, que provoca inconscientemente una sonrisa de bondad y una tremenda alegría en la mirada. Es la atemporalidad del anciano que sentado en el umbral de su vieja casa ve pasar las complicaciones humanas sin que le afecten, pues su mirada esta en otro tiempo en el paraíso de la maravillosa paz interior.
Hay un buen libro que nos habla de este estado atemporal. “El poder del Ahora” De Edgar Tholle. Es este el verdadero Reino de Dios en nosotros. No en la cima de un monte aislando el cuerpo pero sofocando la mente.
Lice moreno
www.heliocentro.org


LOS PARAISOS TERRENALES
La Tierra está dividida en muchos países y cada uno tiene su propio gobierno. Las naciones suelen combatir entre sí. Pero el Reino de Dios reemplazará a todos los gobiernos humanos. Será el único gobierno en toda la Tierra. (Daniel 2:44.) Entonces ya no habrá más guerras, crímenes ni violencia. Todas las personas vivirán juntas en paz y unidad. (Miqueas 4:3, 4.)
No cesan ni cesaran por mucho tiempo de llegar los “mensajes”  profecías y augurios de que en breve nos llegará el Reino de Dios sobre la Tierra, o que los extraterrestres nos rescatarán con sus naves ante el inminente fin del mundo o la catástrofe de turno.  Llevo leyendo mensajes marianos, espiritas, contactados y otros semejantes desde hace más de cuarenta años. Cada generación reproduce desde el tiempo de Cristo indefectiblemente el dicho fin del mundo y el rescate de los buenos y el fin de los malos. Curiosamente a quien le preguntas se considera bueno, tanto él como su familia, siendo malos el resto, los otros o los políticos, los capitalistas, los fanáticos, etc, etc,
Bien adentrado el 2012, todo parece indicar que una vez más no habrá rescate estelar y seguiremos aquí resolviendo la crisis, que por otra parte, cada día es más grande y tiene peores augurios para resolverse.
Este espíritu de liberación de la realidad diaria en que vivimos ya la tenía Jesucristo y sus apóstoles. El hablaba de la llegada del Reino de Dios y sus discípulos predicaron esta liberación, pensando que el Reino estaba cerca. Desafortunadamente se equivocó Jesucristo y por supuesto los apóstoles. Han pasado más de dos mil años, y se sigue en la misma dinámica. Quizás ahora no tanto desde el punto de vista religioso, puesto que los errores han sido enormes, sino desde el punto de vista esotérico o metafísico.
Para algunos, los Extraterrestres nos vendrán a rescatar ante la subida de las aguas o el holocausto final de un planeta que se enfrentará a alguna plaga, diluvio o radiación cósmica.  Pues desgraciadamente no solo no se dará esto, sino que seguiremos por unos cuantos siglos esperando un Reino de Dios, que no está precisamente fuera de nosotros, ni en el norte o en el sur.  El Reino de Dios debe dejar paso al Reino del Hombre; es decir, la capacidad que tengamos como raza de buscar por nosotros mismos, la Justicia, La Paz y el Amor y una vez conseguido este estatus, los extraterrestres no vendrán a rescatarnos, pues no habrá necesidad de tal. Entre otras cosas, porque este planeta es el más bello de la Galaxia y en todo caso, para ellos les resultará más fácil venir a tomar chocolate con nosotros que no a diezmar o a rescatar a nadie.
La evolución no es individual, ni siquiera racial. La evolución es planetaria y en la misma medida que evolucionamos como seres humanos también tiene que progresar todos y cada uno de los elementos naturales y vitales que conforman el planeta.  No está bien dicho por tanto “Venga el Reino de Dios a los hombres” pues el sentido egocéntrico de considerarse el hombre el centro de la Creación no es sino un estado de conciencia muy primitivo. La Tierra como planeta tiene una conciencia colectiva, con la que lógicamente todavía no ha conectado la mayoría de la Humanidad. Y Reino de Dios será tanto para el mosquito, como para el vecino de al lado o para el aire que respiramos.
El estado de cosas que tenemos en el planeta nos empuja a liberarnos en todo momento creando paraísos  mentales, y reinos  artificiales, donde vivir nuestra utopía. La mayoría sueña con crear una comuna en un lugar paradisiaco, donde todo será armonía, amor y cariño infinito de todos sus miembros.  Incluso los más osados,  van a construir una comuna donde además de este clima de amor maravilloso, tengan periódicamente contactos con los dioses que vendrán a nuestra casa a tomar un café y a decirnos que somos muy buenos y que por supuesto formamos parte de la Confederación de Mundos.
Yo viví este estado de cosas en numerosas ocasiones. Nuestro maestro iluminado nos advirtió que vendrían tres días de obscuridad, una catástrofe cósmica inminente o una hambruna tremenda para la Humanidad.  Nos compramos sacos de dormir y metimos en los choches  muchos Kg. De frutos secos para sobrevivir en plena catástrofe. Otros sacaron a los niños de la escuela para crear un rebaño aparte. Algunos crearon “Arcas de Salvamento” donde tendrían que refugiarse en breve ante el  holocausto que se avecinaba.  Los menos, cavaron refugios bajo tierras, y otros incluso se dotaron de armas por que se preveía ataques de los “no elegidos” al Arca o el refugio que se había construido.  El tiempo pasó y lo único que cosechamos fue una profunda decepción y una pérdida de tiempo. Y Para la mayoría una pérdida de fe en el Cielo, en los profetas y en los supuestos Dioses que nos enviaban dicho mensaje.
Desde esos años ahora, si han venido varios fines del mundo en Fukusima con 20.000 muertos, o en China con 100.000 muertos en un terremoto o en Subnami de Indonesia o con 70.000 personas que se mueren al día de hambre. Estos seres si que han vivido el fin del mundo. A la vez que los dichosos profetas de turno siguen anunciándonos rescates cósmicos o paraísos terrenales. Los hay aún más sofisticados, pues nos veden cursos para contactar con los dioses o técnicas de abstracción de la realidad para entrar en paraísos psicológicos donde no existe dolor ni sufrimiento.
Curiosamente a mi me siguen proponiendo irnos a una comuna o crear un nuevo paraíso en tal o cual paraje o montaña. Lo curioso es que los que me lo proponen no son mejores que yo. Y vienen de haberse peleado en la pequeña comuna que tenían con su esposa y sus hijos. Somos seres que no hemos superado la pereza,  los hábitos insanos, la crítica, la ira y la intolerancia.  ¿Cómo podemos por tanto ir a vivir en estos paraísos terrenales? Nos costarán varios cientos de años para conseguir un mínimo de valores equilibrados que nos permitan vivir en sociedades armónicas, felices y justas. Pero digo y repito que serán cientos de años.
Yo también he vivido dos veces en comunidad y por supuesto pensando que éramos únicos, elegidos y superiores el resto del colectivo. También mirábamos al cielo y dejábamos una silla vacía esperando que el  extraterrestre de turno nos viniera a visitar. He llegado a superar los sesenta  y he aprendido que no estamos maduros todavía, puesto que todos los antiguos miembros de la comunidad salieron disparados y decepcionados de aquel experimento utópico que habíamos emprendido. He dicho que salimos disparados, pero por supuesto, con casi todos los matrimonios divorciados, empobrecidos totalmente, con hijos traumatizados por nuestros sueños irreales.  Como en toda comunidad hubo infidelidades entre los miembros, y discusiones jerárquicas que hacía la vida imposible.
Esta generación no tiene concedido en su Karma la vida en comunidad. Estamos en un tiempo de aprendizaje, de experimentación y de conservar  y trasmitir a nuestros descendientes los valores positivos y la tradición esotérica y espiritual que les permita desarrollar a la siguiente generación, más dotada, los potenciales con los que han nacido.
El trabajo es sobre todo individual. Es necesario vencer nuestra flaca naturaleza humana, sin que la pereza, el egoísmo, los vicios, la desidia, la falta de caridad y todos y cada uno de los pecados capitales que adornan al humano sean superados . Es importantísimo vivir la solidaridad, la amistad y el servicio hacia los demás.  Después de vida tras vida, cuando estemos preparados, no habrá que buscar el Reino de Dios entre los hombre puesto que el dichoso Reino lo vivirá el hombre en el dia a día de paz, amor y solidaridad.
Es importante compartir conocimientos, ayudarse unos a otros, pero de momento, cada uno en su casa.  Cada uno con sus responsabilidades, con su auto-realización.
Si los Extraterrestres o dioses vienen a rescatarnos será tremendo porque todos nos consideramos dignos y elegidos. Quizás solo los niños pequeños puedan vivir en un mundo nuevo. Recuerdo la película “Señales del Futuro” con Keanu Rives , donde el padre resignado debe dejar paso a su hijo para que sean ellos y solo ellos lo que hereden un mundo nuevo o un Reino de Dios sobre la Tierra. Mientras tanto vamos a ver si podemos convivir sin tensiones con nuestra esposa, o nuestros hijos o el puñetero jefe de la oficina, que seguro que la ha tomado conmigo.
Tenemos codificado en nuestro inconsciente el “mito del Héroe” por el cual debemos morir en la cruz, rescatar a la doncella prisionera del demonio o salvar a la patria de la invasión de los enemigos.  No prestamos atención al heroísmo y el sacrificio de levantarse por las mañanas a correr, del tremendo esfuerzo que implica no contestar a la agresión o ir a visitar a la pesada de la abuela a la clínica, que no termina de morirse de una vez. El heroísmo de pasar desapercibido limpiando un bosque, consolando a un niño perdido o tomándose un café con el pesado de turno que te cuenta sus miedos y quimeras.
El heroísmo del padre Vicente Ferrer, que no solo no construyó ningún paraíso terrenal ni contacto con los extraterrestres, sino que se metió en el lodazal de la vida y en las cloacas humanas para hacer pozos de agua y sembrar la tierra para que los indúes comieran.  El de la madre Teresa de Calcuta, que convivió con la pobreza extrema, la lepra y la miseria humana, sin pedir nada a cambio.
En la Selva Negra de Alemania existe un parque repleto de vegetación y de encinas, que fue plantado por un héroe silencioso. Este pastor cada día plantaba cien bellotas, en el suelo con una barra de hierro. Día tras día desde la Primera a la Segunda Guerra Mundial.  Murió en un asilo resignado, sin medallas, sin reconocimiento alguno, pero feliz de haber realizado su pequeña-gran misión existencial  de sembrar vida.
El problema fundamental del ser humano es considerar que en su corta vida, se debe realizar todos y cada uno de los misterios y profecías habidas y por haber. Cuando la vida misma no es sino un suspiro en el devenir humano, y aún menos que un suspiro en la autoselección de la Tierra. Y casi insignificante en el devenir del cosmos.
La clave está en conseguir la a-temporalidad, es decir, vivir en este tiempo sin tiempo. Mi cuerpo está aquí, pero mi mente es inmortal, es un estado sutil pero asequible. Estoy aquí pero sin prisa, pues el tiempo y yo somos una misma cosa. Vivir y morir no son sino pequeñas fases existenciales, pues yo era antes y soy ahora para perpetuarme después.  Este es el verdadero estado de libertad profunda. Este es el verdadero Reino de Dios, que provoca inconscientemente una sonrisa de bondad y una tremenda alegría en la mirada. Es la atemporalidad del anciano que sentado en el umbral de su vieja casa ve pasar las complicaciones humanas sin que le afecten, pues su mirada esta en otro tiempo en el paraíso de la maravillosa paz interior.
Hay un buen libro que nos habla de este estado atemporal. “El poder del Ahora” De Edgar Tholle. Es este el verdadero Reino de Dios en nosotros. No en la cima de un monte aislando el cuerpo pero sofocando la mente.
Lice moreno
www.heliocentro.org

lunes, 17 de septiembre de 2012



Pregunta: Sres. De Heliocentro; he leído un magnífico artículo suyo titulado “El ser evolutivo” Me gustaría concretaran más sobre las formas prácticas de llevar a cabo estas ideas. Gracias.- Juan José Martinez Checos.
Estimado amigo: Gracias por acudir a nuestra página.  Aunque sea repetitivo en los conceptos, nuestra idea evolutiva  que el ser humano debe llevar a cabo en los próximos tiempos, se ajusta a estos patrones, enunciados en el artículo de referencia que divulgamos en su día.
CONTROL DE LA NATALIDAD
Hace años se estrenó una película preciosa llamada “El planeta Libre” donde se repasa en forma crítica nuestra forma de vivir. Es recomendable volver a verla. En una de sus escenas se ve a los habitantes de dicho planeta acudir a una asamblea, acompaños de sendos visitantes:
-          ¿Para qué es esta asamblea? –preguntaron los visitantes-
-          Para saber el número de hijos que vamos a tener.
-          ¿Cómo es que decidís tener los hijos por asamblea?
-          Según la cosecha que tengamos así será el número de hijos.
En este caso el patrón para tener  los hijos no dependía de los padres, ni de la sociedad, sino del planeta, de las posibilidades de alimentar a sus criaturas.
En contraposición a esta idea, tenemos en nuestro planeta madres en Somalia que con 25 años tienes ya 8 y 9 hijos, pues empiezan a tenerlos a los 16 y no paran de embarazarse hasta el final de su vida fértil. Está claro que la mayoría de estos niños morirá por el camino o tendrán desnutrición crónica hasta el resto de sus vidas.
El agricultor sabe que si emplea una buena semilla y unas condiciones ambientales y nutricionales adecuadas para la tierra, se dará los mejores frutos.  En el ser humano se dan las mismas  condiciones. Si el padre y la madre, tienen un equilibrio psico-físico adecuado y las condiciones económicas, educacionales y sociales adecuadas, nacerá un hijo feliz que a su vez engendrará otros tantos hijos en las mismas condiciones saludables haciendo así una raza más fuerte y más prospera.
El nacimiento de un hijo es el acto más sagrado que el hombre puede concebir. Pues en el último niño nacido en este planeta está codificada toda la información de la especie.
Solo cuando entendamos que el último hijo terrestre es un Dios viviente y procuremos los medios y las condiciones apropiadas para su desarrollo y educación, conseguiremos un horizonte feliz para toda nuestra especie. No podemos estar adorando a un “niño de barro en un pesebre”  que nació hace dos mil años, ignorando que 40.000 niños se mueren al día de hambre en este planeta.
Dos padre drogadictos, no deberían tener hijos. Dos padres incapaces, sin medios, sin dinero, sin dignidad, no deberían tener hijos, pues sus carencias materiales, emocionales y psicológicas las encarnan sus propios hijos y por supuesto el colectivo humano.
No podemos ser tan simples con doctrinas que no permiten usar el preservativo como medio anticonceptivo, dejando que nazcan niños que no pasaran del año de vida, muriéndose de sed de comida o de enfermedades. Esto sí que es un pecado grave de omisión o de falta de responsabilidad con el niño, y no la manía de atribuir al sexo la condición de pecado. El sexo es una función puramente hormonal que es consustancial al ser humano, que ignorarla, castrarla o hacerla pecaminosa es ir en contra de la naturaleza más elemental. Sin embargo el sexo no controlado, manipulado, especulado o mal empleado no debe ser la causa de que nazcan hijos, que como antes dije pagan los errores de los padres.
Si una manada de animales prolifera en exceso, es la propia naturaleza la que regula su extinción o su aniquilamiento por parte de otras especies, o por adaptación al medio. Cada nación, país, región o ciudad establece en forma natural,  el número de habitantes que debe tener, para vivir en armonía y en paz.  Una ciudad con 15 ó 20 millones de habitantes, no es natural, es insano, es impersonal  y con el tiempo tiende a la aniquilación de la especie que la habita.
Se calcula que dentro de 50 años, el número de habitantes de la Tierra será del orden de 11 o 12 mil millones de seres.  De todo este colectivo las 2/3 partes pasará hambre con carencias de agua y de las condiciones de vida adecuadas para que el espíritu que habita en nosotros desarrolle con dignidad la vida y el aprendizaje reencarnacional que nos toca vivir.
Hubo un tiempo, que la Tierra estaba infra-poblada y se requería de nacimientos. Ahora mismo nuestro planeta esta superpoblado y es necesario regular el crecimiento demográfico o nos tendremos que enfrentar en breve a una brutal selección humana.
EL NACIMIENTO DE UN NIÑO ES EL ACTO MAS SAGRADO QUE PUEDE CONEBIR EL SER HUMANO Y EL SER NACIDO ES UN DIOS VIVIENTE AL QUE HAY QUE DOTARLE DE LOS MEDIOS FISICOS, PSICOLÓGICOS Y EMOCIONALES ADECUADOS PARA QUE SU ESPIRITU SE DARROLLE EN PAZ, FELICIDAD Y PROGRESO. SABIENDO QUE EL NIÑO QUE HOY NACE Y CUIDAMOS, MAÑANA SERÁ NUESTRO PADRE O NUESTRO ABUELO. PUES LA RUEDA DE LAS REENCARNACIONES ES UNA LEY QUE ESTA POR ENCIMA DEL HOMBRE.

UN PATRON EVOLUTIVO
Se ha mitificado en los romances y en las leyendas épicas, la lucha de Merlín y las viejas tradiciones druidas con la llegada del cristianismo a Inglaterra. Para los antiguos, eran las fuerzas de la naturaleza las que se deificaban. Así pues tenemos a Dioses como Neptuno que era el soberano del agua o a Eolo, el señor del viento. O bien a las fuerzas que vivían en los bosques, donde los duendes, sátiros, hadas y séfiros, encontraban en el equilibrio natural su razón de existir y de perpetuar la vida y las especies.
Siempre se cita la anécdota del jefe Indio piel roja Seattle, que ante la demanda del presidente de turno de los estados unidos, en la pretensión de comprar a los indios sus territorios de cada; Éste respondía:
-          ¿Cómo quiere que le venda la tierra de mis antepasados; si es el hombre el que pertenece a la tierra y no la tierra la que pertenece al hombre?
Cómo se puede vender el agua, la luz, el frescor de las mañanas o el canto de un pájaro. Aun vendiéndolo, la tierra permanece y el dueño de la tierra muere y es sepultado en dicha tierra.
Desgraciadamente hoy pagamos por el agua, por la energía solar, por la contribución de la propiedad de la tierra, por los caminos, por la vida en los cotos de caza, etc,etc,….
El ser humano se apartó hace miles de años de la senda y del patrón evolutivo natural y creo patrones antropomórficos humanos, dotando a estos hombres-dioses de virtudes que había que imitar como modelo de desarrollo. Así al deificar a Jesucristo se crearon normal, ritos y preceptos que trataban de imitarle por encima o en contra de la ley natural. Otros tantos hicieron objeto de adoración a Buda, o a Mahoma o a otros tantos Mesías, profetas o dioses de carne.
De acuerdo a estos preceptos, nada impide incluso se promociona el hacinamiento humano  en grandes ciudades, donde el aire es plomo, donde se come plástico o donde las relaciones humanas están presididas por el crimen,  la desigualdad  y la mala distribución de la riqueza. Jamás ninguna tribu india o ningún poblado druida podían concebir este amasijo de seres humanos sobreviviendo en una ciudad. El poblado se establecía en función del manantial de agua, del territorio de caza y del número de especies que contenía para la vida o de la capacidad de sembrar en tal o cual terreno. Era el sitio, las condiciones climáticas y la seguridad la que establecían el poblado.
Se crecía con el patrón evolutivo terrestre. Es el territorio el que determina la natalidad, la forma de vida y las relaciones sociales. Un lapón no puede tener las mismas pautas que un sevillano, puesto que el clima determinan cambios de comportamiento y sociológicos.
Ahora mismo las grandes ciudades  se han establecido por motivos económicos, puesto que las grandes industrias han creado en su entorno hábitat de mano de obra y trabajadores que no pueden sino vivir al amparo de la empresa o de las fluctuaciones del mercado.
Lo curioso es que hace 100 años, cuando el modelo era rural, los padres de familia, alimentaban 7 u 8 hijos, incluso a los últimos les daban estudios, y ahora mismo un ciudadano que ha terminado la universidad no puede pagar su vivienda, su alimento, su teléfono o su gas y electricidad, cuanto menos, alimentar o criar un solo hijo.
La verdadera vida espiritual no puede progresar sin el proceso evolutivo de la Madre Tierra. Se evoluciona con el mosquito, con el árbol, con el lobo y por supuesto con tu vecino.  Si se corta un árbol hay que plantar dos. Si se mata un animal hay que poner dos. Si el abuelo muere. Es el nieto el que debe ocupar la tierra que le alimento y dejar en un trozo de la parcela una pequeño tumba donde yacerá el abuelo y sus huesos, que a su vez nutrirán la tierra.
El crecimiento salvaje de la Era Industrial  ha propiciado la despoblación del campo y del medio rural.  Y este modelo salvaje se ha hecho por motivaciones económicas y no humanísticas.
Es por esto que una nación, se dan cuatro o cinco provincias ricas y 20 o 30 sin ningún recurso industrial. Si se hubiera distribuido la industrial con un patrón de justicia y de equidad. El señor que vivía en el campo de sus antepasado no habría abandonado su casa, sus costumbres, su huerta y sus cerdos y gallinas y a media o una hora tendría la fábrica o el centro que le permitiría desarrollar su profesión de ingeniero o de médico.  Este hombre podía sembrar en la mañana unas zanahorias y la mediodía estar en un centro de producción  o cuidando a un enfermo. Al atardecer volvería a su tierra donde yacen sus antepasados y podría contemplar las estrellas, pescar en el rio o pasar un buen rato con sus vecinos en la taberna.
Ahora nuestros campos están desolados, sin árboles y las ciudades son verdaderas cloacas contaminantes de seres humanos dirigidos como borregos, por  modas, leyes y adoctrinamientos injustos y poco evolutivos.
Para nosotros el modelo es sencillo: Nada más levantarme debo atender a mi clan familiar, sembrando la tierra, cuidando mis árboles y dando de comer a mis animales. Ahora mismo con la tecnología que tenemos con solo media hora sobra tiempo para hacerlo. Limpiar los paneles solares, mirar el agua de la acequia para que no falte para el verano y después acudir a mi centro de trabajo cercano donde me auto-realizado como médico, profesor o trabajador de una empresa de montaje, de una industria, que no contamina y que se adapta en forma precisa a las condiciones ambientales perfectas para preservar la vida. Y como antes he citado, el tejido industrial de una nación debe establecerse  humanísticamente en función de la tierra y del hombre, distribuyendo por cada rincón del territorio los medios tecnológicos adecuados para que nadie abandone sus raíces  y la tierra que sostuvo a sus antepasados.
Al no haber superpoblación, no hay problema de tierra, yo tengo la de mi clan y mi hijo la heredará en igual medida.
Cuando corresponda deberé acudir a la asamblea territorial y prestar mis servicios al modelo de crecimiento colectivo. Pero aún siendo el  último peón de tal o cual empresa, o bien el presidente de una nación. En forma sagrada e ineludible, tendré que sembrar cada mañana mi huerta, cuidar mis  animales y podar mis árboles frutales.  Educar a mis hijos y por las noches mirar al cielo y dar gracias a Dios por permitirme vivir en este maravilloso planeta al que amo incondicionalmente como amo a mi hijo y a mis seres queridos.
En una sociedad bien desarrollada las ciudades no existirían, sino centros administrativos y de gestión del territorio, pero estos centros  no hacinarían al hombre. Cada hombre cada ser humano debe vivir en, por y para la tierra.  Si mañana debo cumplir como funcionario de tal o cual gestión colectiva, seguiré responsablemente el modelo sostenido de mi tierra, de mi granja y de mis animales. Gestionaré en forma sabia la energía del viento, del  Sol y del agua para que nunca falten tanto a mí como a mis vecinos y por supuesto no pagaré impuesto alguno por beber el agua, utilizar la luz del Sol o calentarme con las ramas de la última poda del bosque de mi pueblo.
A lo largo de la Historia hemos tenido guerras donde se ha diezmado la población. Hambrunas, pestes y otras tantas catástrofes, pero el ser humano ha sobrevivido. La guerra que ahora estamos emprendiendo no es contra nosotros mismos, sino contra Gaia; es decir contra la Tierra y por supuesto, esta guerra tened la seguridad de que la vamos a perder.
El cambio climático ya es irreversible y la superpoblación y agotamiento de recursos imparable. Pueden ser 50 o 200 años, pero Gaía va a diezmar al hombre.  Eso sí; las inundaciones, los terremotos, la hambruna y la contaminación mataran a millones de seres humanos, que curiosamente agonizarán con una Biblia en la mano, invocando a tal o cual Dios o rezando tal o cual letanía.
¡Qué lejos estamos de Dios! Sin habernos dado cuenta que como decía Merlín dios es el bosque, el lago y el venado.  Y resulta más blasfemo invocar en un altar a un ser muerto o a una estatua a la vez que contaminamos nos hacemos insensibles y depredadores de la vida.
Lo hemos dicho muchas veces y deseo repetirlo ahora.  El modelo evolutivo más perfecto y que ha resistido revoluciones, guerras, dogmas y catástrofes, es el modelo esenio (Leer a Flavio Josefo). Estos monjes vivieron en armonía cerca de 600 años hasta su aniquilación en Masada por los romanos.  Vivían empleando la mañana en el cuidado del huerto y el resto de día dedicándolo a la oración. Su modelo fue trasmitido a Europa  en las órdenes del Cluny y del Cister y el modelo del ermitaño.  Los monjes que antes y ahora viven en su convento, entierran a sus muertos bajo el huerto que cultivan cada día y viven cultivando su espíritu. Este modelo es parecido a los Amis, esta sociedad religiosa que viven en EE.UU como en la edad media, sin televisiones, teléfonos y coches.
Está claro que no podemos ni debemos emplear todo el tiempo en rezar y  meditar. Pero si adaptamos este modelo antiguo a nuestra forma de vida actual, emplearemos un poco de tiempo en nuestro huerto y el resto del día, desarrollando mi profesión de médico, carpintero o minero en la industria que tengo a media o una hora de mi casa y de mi huerta. Y claro está, si tendremos televisión, teléfono o coches ecológicos, pues el ser evolutivo es un hombre que vive con la ciencia y la conciencia.
En la medida que se progrese en democracia el ser humano erradicaría los nacionalismos, las fronteras, los idiomas y las diferencias culturales. Hay que tender hacia una Sinarquía y no a la división, por género, cultura, riqueza, fuerza o dominio de unos sobre otros.

UN PATRON ESPIRITUAL
Al tiempo de contestar a su pregunta, se están dando duros enfrentamientos, muertos y violencia en oriente por un video de internet que al parecer insulta a Mahoma.- Resulta patético asistir a estas manifestaciones fanáticas religiosas en pleno siglo XXI. Hasta el momento presente la Historia de nuestro planeta nos muestra cómo debido a las religiones el hombre ha producido muertos, violencia, inquisiciones, persecuciones y tiranías en todo el Globo. Las religiones forman parte de un primitivo estado de conciencia y generan fanatismo, irracionalidad, sumisión y superstición.
Otros dicen que la espiritualidad de la India no produce esta violencia. Es cierto. Pero estas formas más armónicas de entender la religiosidad, llevan consigo una enorme carga de pasividad, inoperancia y rechazo al progreso científico y material del ser humano. 
Como cito en el artículo objeto de su pregunta NOSOTROS PREFERIMOS AL SER EVOLUTICO, PUESTO QUE ESTE SER EMPLEA, LA CIENCIA, LA INTELIGENCIA,  EL HUMANISMO Y LA PRACTICA DE LA VIRTUD, para centrar a dios en el hombre y no alejándole mediante la superstición y el misterio a cielos inalcanzables o paraísos utópicos.
Las religiones generan dos problemas fundamentales; por un lado, dogmas de fe absurdos y pasados de moda y por otro lado todas generan “castas sacerdotales” que manipulan la conciencia humana generando adeptos sicarios, mártires y santos que de ninguna manera pueden adaptarse al progreso evolutivo de la sociedad.
Si las religiones desparecen, si dejamos de adorar a seres antropomórficos, si nos alejamos de los ritos ceremoniales mágicos, propios de seres supersticiosos y por otra parte practicamos una ética universal de Justicia, Paz y Amor, podríamos alcanzar un estado evolutivo más armónico en la Tierra y entre los habitantes de nuestro planeta.
En el mundo judeo-cristiano se emplea una frase que resume toda la doctrina de Cristo: “Ama a los demás como a ti mismo”. Y es cierto, pero aún siendo acertada la frase, está centrada en el hombre y dirigida hacia otros hombres. Cuando la realidad es que DEBEMOS AMAR PRIMERO A LA TIERRA, AL  AGUA, AL MOSQUITO, AL PLANETA, AL COSMOS, EN IGUAL MEDIDA Y MODO QUE A NUESTROS HIJOS Y A NUESTRO PROJIMO.
De religiones adoradoras de seres humanos divinizados, salen doctrinas dirigidas al hombre, pero se nos olvida Gaia, la Tierra, que es la que nos sustenta y nos alimenta.  Desgraciadamente casi todas las religiones están dirigidas al EGO personal y jerarquizas desde Dios, hijo de Dios, santos, sacerdotes, monjas, bueno y malos. Hay religiones que prometen paraísos donde incluso se regalan doncellas. Cuando el verdadero paraíso lo tenemos que hacer nosotros en la Tierra.
Prometer Reinos de Dios es una forma de proyectar al hombre a un futuro de premios y castigos, cuando el verdadero reino de Dios es sobre todo un estado de conciencia universal, donde no solo gozo yo del Todo, sino que todos, gozan conmigo.
He citado una frase supuestamente atribuida a unos extraterrestres, a la pregunta de si ellos creían en Dios. Ellos respondieron: “NOSOTROS CREEMOS EN LA OMNIPOTENTE FUERZA QUE MUEVE 150.000.000.000.000 (BILLONES) DE UNIVERSOS. Estos seres adoran a una fuerza, no a un ser que vivió o murió entre nosotros, plagado de imperfecciones y de juicios relativos.  Estos seres se adentran el descubrimiento diario de un Dios que es igual arriba y abajo, que está en el micro y en el macro-cosmos. Es por eso que aman, se respetan, cooperan y no crean castas dominantes, pues el más perfecto de los mortales es un insecto insignificante comparado con la grandeza del universo.
Debemos actuar no por amor a Cristo, o a Buda o a Mahoma, sino por amor incondicional al ser humano, que hoy se muere de hambre en África, como aquel que se pudre en una cárcel del dictador de turno.  Es por esto que hemos repetido muchas veces. “O ENTERRAMOS A LOS DIOSES, O LOS DIOSES NOS ENTIERRAN A TODOS NOSOTROS. DIVINICEMOS AL HOMBRE Y HUMANICEMOS A LOS DIOSES”.
Los sabios y hombres buenos que nos precedieron nos enseñaron las formas y maneras de practicar la virtud. Jamás nos dijeron que les adoráramos. Tan solo que practicáramos lo que ellos descubrieron y practicaron. Nosotros hemos levantado templos de piedra y hemos creado una casta de sacerdotes ignorando su enseñanza.
Hay un cuento muy bonito que nos habla de cómo un ser humano tendió una cuerda entre las dos orillas de un rio inexpugnable. Enseñó al hombre a pasar a la orilla, pero en su esfuerzo de realizar tal proeza sucumbió bajo las aguas. Pasaron los años y los siglos y el ser humano levantó una estatua en la orilla de rio y adoró a este ser, pero no utilizo la cuerda y con el tiempo, esta se cubrió de vegetación y desapareció a la vista del ser humano. ¿De qué le valió a este hombre su sacrificio si no entendimos el sentido del mismo y su mandato?
Si queremos evolucionar hacia un estado de progreso y de paz universal es necesario abolir las religiones sustituyéndolas por una Ética universal donde se practique en forma inequívoca la JUSTICIA, LA PAZ Y EL AMOR. Y donde definitivamente desaparezcan las castas sacerdotales, que manipulan, venden, enajenan o imponen un dios inventado por seres equivocados del pasado.
UN PATRON DE GOBIERNO
Todo empezó en el tiempo de los dinosaurios. El primate humano que vivía en ese tiempo se dio cuenta que solo uniéndose en la caza contra aquellos grandes saurios podían vivir y comer. Durante un tiempo cada hombre de la tribu, cogía su lanza y en cuadrillas de caza conseguía matar a aquellos gigantes biológicos. Pero un día, uno de los cazadores, llenos de miedo y con más astucia que los demás, les dijo: “Yo os llevo las lanzas” y este señor de repente dejó de cazar, naciendo de golpe, el gestor, el intermediario o el político.  Con el tiempo el portador de lanzas, les dijo que solo se las dejaba si le pagan un tributo. Siguió más adelante contratando un guardia que preservaba su estatus y finalmente su hijo y el hijo de este establecieron  una casta de dominadores, listos y guapos y unos súbditos, analfabetos, incapaces y pobres. Después el portador de lanzas puso de su parte al chamán, y consiguió hacerles creer que si ellos eran pobres, eran porque eran pecadores o por karma de otras vidas.  El portador de lanzas tenía tal cantidad de dinero, que fundó un banco y prestó dinero a los cazadores, que ahora no solo estaban sometidos, por Ley, sino por Dios y por la hipoteca que debía al banco que por otra parte era del portador de lanzas. Viendo algunos cazadores que el negocio de gestión era más rentable que la de enfrentarse a la muerte, comenzaron los intermediarios, los gestores y los sacerdotes. Que en nombre de la Ley, de Dios y de las promesas que jamás cumplían, seguían dominando a los parias y los sometidos.
Todo esto fue posible por el llamado “Espíritu de manda” que está metido en nuestros genes como implante cromo somático de nuestra naturaleza animal.  En toda especie, siempre hay una lucha de machos, que pelean por el poder y por llevarse a la mejor hembra. Cada macho lucha con su par y con sus vecinos en esta constante lucha del dominio de unos sobre otros. El sometido acepta y come más tarde, tiene menos hembras y soporta la marginación de los más poderosos. Las hembras por su parte se ponen las mejores galas para seducir a los mejores machos puesto que de esta manera sus hijos serán más poderosos, y de así  comienza la jerarquización de las guapas o más dotadas o de las feas o menos dotadas.  El macho y hembra menos dotados tienen ante sí el modelo poderoso y como algún desgraciado inventó el espejo, en cuanto se miraban en el mismo, viendo que son  menos musculados, menos guapas o con menos atributos, comenzó la sumisión y la dejación de la libertad, para ser guiados, controlados y dirigidos por los más fuertes.
Los monarcas, los jefes, los políticos de hoy en día, gobiernan porque el ser humano vive aún en el siglo XXI con el espíritu de la manada, sin encontrar su dignidad y su autoestima personal.
Nosotros no somos partidarios de un sistema de gobierno basado en los partidos políticos. Puesto que estos partidos son procesos más o menos sectarios, jerarquizados y en estos tiempos manipulados por el poder económico.
Los gobiernos deben ser dirigidos por los sabios, no por los políticos. Estos sabios deben ser mayores, experimentados y con una trayectoria intachable.
Nuestro sistema de elección es asambleario. Y por otra parte muy fácil de llevar a cabo, con poco coste y en poco tiempo.  Una idea sería por estricto sorteo cada cuatro años un 10% de los ciudadanos con derecho a boto es llamado a la elección. Po ejemplo en un país de 30 millones de votantes serían 3 millones los llamados a ser elegidos. De mi barrio por dicho sorteo hemos salido dos a formar parte de esas listas. Tan solo necesitaríamos una reunión para determinar cuál de los dos es el más cualificado. La siguiente asamblea sería de todo el pueblo, donde acuden los elegidos en la primera selección, ahora, en este caso, deben salir por ejemplo, 10 personas, que en una o varias asambleas saldrían elegidos para la asamblea provincial, luego vendría la asamblea regional y finalmente la nacional.  En la culminación de este proceso se nombraría un gobierno y una oposición, que durante cuatro o cinco años ejercería el gobierno de la nación. Si uno de los nombrados no tiene la suficiente preparación, para esto existen los asesores que pueden y deben ayudarle.
Por encima de este gobierno debe haber un consejo de sabios. Todos mayores de sesenta años, con trayectorias intachables y que velarían porque ninguna Ley pueda ir contra el derecho natural, contra la dignidad humana o contra los derechos fundamentales de las personas.  A los cuatro o cinco años se pasaría a otro proceso de selección con el mismo sistema.  Esta si es una democracia pura que antes o después los pueblos deberán practicar.
El jefe de la nación sus ministros y cualquier cargo funcionarial debe ser por mandatos de tiempo, nadie debe perpetuarse en ninguna forma de mando o de poder.  Cada uno debe vivir en su propia casa, cultivar su propia huerta y atender a los laborales sociales como cualquier ciudadano. No deben haber palacios ni rangos autoritarios, sino funcionales, prácticos y solidarios. Cada político debe cobrar sus honorarios sin mayores meritos, beneficios o distinciones que cualquier otro ciudadano, pues gobernar es ante todo un servicio a los demás y una responsabilidad ejemplar.
Los reyes, caudillos o dictadores, así como dominadores y dominados  son anacronismos de la Edad Media y de una sociedad primitiva y jerarquizada.
 Estos son ideas fundamentales de nuestro patón de convivencia y de desarrollo social ideal. Por supuesto que todo esto se puede puntualizar, enriquecer o desarrollar con más precisión  y con más riqueza conceptual, pero se trata de bosquejar unas ideas fundamentales que se basen en conceptos filosóficos, éticos o sociales, dejando luego para los más preparados y el tiempo, el desarrollo de dichos principios.
Gracias.
www.heliocentro.org

EL SER EVOLUTIVO

He escrito en forma figurada una frase que puede sonar altisonante o quizás inconveniente: “O ENTERRAMOS A LOS DIOSES O LOS DIOSES NOS ENTIERRAN A TODOS” El fenómeno religioso es uno de los frenos más importantes para el proceso evolutivo del ser humano. A través de la Historia, diversas sociedades, deificaron a diversos personajes y crearon religiones repletas de normas, de reglas y de dogmas. Se definió a un Dios, que nadie vió. Se crearon cielos e infiernos. Cielos que premiaban a los que cumplían las normas e infiernos que castigaban a los que no se sometían. El cielo de unos es contemplativo y extasiado promete la observación de un “Dios” bondadoso, sin hacer nada. A mi me parece muy aburrido. Y en el infierno nos encontramos con un brasero de llamas incandescentes que nos queman por toda la eternidad.
Existen otros grupos religiosos que prometen en el cielo un montón de doncellas vírgenes a las que nos favorecemos por toda la eternidad. No
está muy claro si a las mujeres de estas religiones se les da otros tantos mancebos de los que gozar. En otros grupos religiosos, el cielo parece ser un estado de conciencia donde nos integramos en un todo universal, perdiendo la identidad. Otros nos reencarnan de nuevo, incluso en animales. Dios es diverso en cada sociedad y en cada pueblo. Cada uno lo fabrica a su imagen y semejanza. Realmente nada ni nadie conoce a Dios, por tanto ante lo desconocido y por el simple respeto de no adentrarse en lo que nos supera en ciencia y conciencia deberíamos dejar esta concepto para que cada uno lo sienta y lo entienda de una manera subjetiva. Lo curioso es que sin conocer nada, sin saber nada, todas las opciones religiosas han nombrado ministros, sacerdotes, imanes e intermediarios entre los pobres humanos y los dioses inventados.
Estos ministros de dios han llegado a tener tal poder, que episodios históricos como la inquisición o las represalias ante apostasías, herejías y revoluciones nos muestran asesinatos inenarrables e impropios precisamente del dios al que representaban. Los dogmas de cada norma religiosa siempre han estado enfrentados y aún los están con la ciencia y el progreso científico. Es así que las hogueras, las cárceles y los patíbulos han estado regados de sangre de hombres progresistas, científicos y librepensadores que opinaron en contra de la irracionalidad y del dogmatismo intolerante de dichas castas sacerdotales. Religión etimológicamente viene de reglar o de crear reglas. Es por esto que el espíritu en la religión se ve prisionero de dichas normas de reglas y de dogmas y misterios que frenan la intuición y la percepción de dimensiones sin fronteras, sin límites y sin frenos. El espíritu no tiene reglas materiales, pues no está hecho de materia ni recibe premios materiales. Espiritualidad es sinónimo de pasividad y no de acción. Se pondera como espiritualidad la contemplación, la no acción y la vida sometida a la introspección profunda. Es curioso ver a un monje en meditación profunda mientras las ratas se pasean por encima de sus túnicas creando infecciones a miles de niños, que no tienen lo necesario para vivir.
Ghandi decía: “como quieren que hable a los hindúes de Dios, si para los indios, Dios es un trozo de pan y de mantequilla”. Dejar pasear a las vacas sagradas por las avenidas de las ciudades necesitándolas para comer no deja de ser una incongruencia para los occidentales, pero algo sagrado para los orientales. Ahora bien: ¿Y qué tiene que ver todo esto con Dios?….. Mandar un capellán castrense a bendecir un submarino con misiles atómicos a bordo, ¿Qué tiene que ver con Dios?… ¿Qué es una guerra Santa? ¿Es que hay alguna guerra Santa?… ¿Qué Dios proclama la oblación del clítoris? ¿Qué norma sagrada, ética o moral, puede autorizar el apedreamiento de una mujer por adúltera?…. ¿Qué dios ha mandado la circuncisión? ¿Quién ha visto a Dios creando reglas sobre el sexo?
NO ME INTERESA EL SER ESPIRITUAL NI EL SER RELIGIOSO, PREFIERO EL SER EVOLUTIVO, QUE UTILIZA LA RAZÓN, LA INTELIGENCIA Y LA CIENCIA, REVESTIDAS DE HUMANISMO. Sería deseable abolir las religiones, creando una ética simple, que propicie la justicia, la paz y el amor. Sería deseable practicar la virtud, pero de la mano de la ciencia, de la inteligencia, de la razón, del aprendizaje histórico, de criterios sanitarios adecuados, de recomendaciones psicológicas equilibradas y de beneficios materiales necesarios y no superfluos. Humanicemos a los dioses y divinicemos a los hombres. Y de una vez por todas, sería deseable, que sacerdotes, imanes, monjes, intermediarios, contactados y profetas, se pusieran a trabajar en la tercera dimensión, produciendo pan y mantequilla, dejando la cuarta dimensión, y a Dios y lo sagrado que sean descubiertos por cada uno de los seres humanos. ¡Derriben Vds. los templos de piedras, pues el verdadero templo es personal, es de carne y hueso, donde brilla la luz del espíritu individual, libre e intransferible, adornado de la práctica de la virtud! En algún momento de la Historia tendremos que asumir nuestro fracaso. Todas las religiones de la Tierra no han impedido que se nos mueran más de 20.000 niños de hambre al día. Que la guerra, la injusticia, la droga, la enfermedad, la codicia y otras tantas lindezas humanas rellenen los telediarios de todo el mundo.
Lo curioso es que las propias religiones tienen sus propias vías de escape, pues para algunos, el hecho de que un niño se muera de hambre es simplemente Karma (castigo de su vida anterior) El que es víctima de enfermedad se asemeja a su Dios que sufrió aún más y que con su dolor redimió al hombre en su pecado; es por esto que cualquiera de nuestros dolores nos identifica por debajo con el arquetipo sufriente que hemos creado como Dios. Hay religiones que son todavía más pintorescas puesto que por el hecho de nacer, ya tenemos pecado; es decir, que solo si Dios nos redime podemos salvarnos de las llamas del infierno. Solo con una ceremonia podemos redimirnos del pecado original. Sería deseable dejar a los recién nacidos en paz. Los niños no tienen pecado original, puesto que nacieron del amor, de la voluntad de sus padres. Nacieron inocentes, bellos, cariñosos, tiernos y adorables. No concibo a ningún Dios que atribuya a un niño que viene inocentemente a la vida cualquier pecado.
Sería interesante descubrir a Dios en la medida que se cumplen las leyes naturales primordiales de la vida en su derecho natural. Solo cuando no matemos, no robemos, no mintamos, etc, etc, la sociedad podría escalar en la búsqueda de conceptos más elevados como cooperación, solidaridad, ciencia consciente, etc, etc, Finalmente entraríamos en las ciencias de lo imponderable de la profundidad del Cosmos, de la inmortalidad. Y al final, como raza auto-realizada consciente y evolutiva no buscaríamos a dios en los cielos o en la invisibilidad sino que dios viviría en la paz, en el amor, en la justicia, en el progreso, en cada uno de nosotros, en cada átomo de un planeta redimido de dolor y de sufrimiento. Dios nos hablaría a través de la ternura de los maravillosos sonidos de un niño llamando con su lengua inexperta a su mama. En la mirada de un ser sano que vive sin miedo, en las lágrimas que se vierte al escuchar la sinfonía de la vida. En el vuelo cadencioso de la mariposa o en la ternura infinita del abuelo guiando con exquisito cuidado los primeros pasos de su nieto. Hemos escrito también:
EXPERIENCIA Nº 29.- ESPIRITUALIDAD O EVOLUCIÓN
Existen religiones, centros culturales, grupos de personas con filosofías ocultas o iniciáticas, pero sobre todos ellos, en un plano imponderable, más allá del mundo de los sueños, existe un templo, cuyas paredes no son de piedra, sino de prana puro. Es el lugar sagrado donde se reúnen desde hace miles de años, “Los hijos del Sol”. Basta con desdoblarse, dejando el cuerpo físico en estado cataléptico, para desplazar el cuerpo astral, hacia los rincones del “no tiempo” y penetrar en el Templo del Sol. Este templo está asistido por seres de altísima evolución provenientes de los rincones más alejados de la Galaxia.
Maestros ascendidos, que habiendo terminado su ciclo de reencarnaciones físicas en la Tierra, habrían aceptado servir como profesores en dicho templo, reciben a los iniciados que han podido romper las cadenas de los apegos materiales. Seres asombrosos, con miles de millones de años de evolución, acuden a dicho templo a las reuniones qué, siguiendo el ciclo astral planetario, se convocan para perpetuar el conocimiento sagrado, e impulsar la actividad de la Fraternidad de los Hijos del Sol.
Tal y como decía Einstein, existen pasillos o agujeros entre los universos o diversos planos existenciales. En la misma medida, desde el plano de la conciencia, existen centros de conocimiento atemporales, donde los diversos estratos de sabiduría se conectan. Cada iniciado, puede y debe escalar dichos planos, almacenando en su espíritu, las experiencias de las diversas reencarnaciones y los periodos post-morten, que siguen a las mismas. Todos los seres humanos han tenido sueños o percepciones de estos templos. Es común describir templos con columnas donde se ha accedido en tal o cual sueño. Templos llenos de luz, con seres vestidos con túnicas. Lugares donde cientos o miles de personas se reúnen, pero con atuendos, caras y fisiognomías extrañas y atípicas para la percepción humana. Aulas en forma de media luna, donde se celebran acontecimientos, asambleas y acuerdos. Es también común escuchar percepciones o sueños, donde tal o cual persona, ha sido llevado a una ceremonia, donde le han besado en la boca o le han señalado en la frente, incluso le han puesto un medallón. Otras narraciones hablan de experiencias oníricas muy profundas, incluso traumáticas, en las que les ha sido introducido un extraño objeto o piedra preciosa en el entrecejo o en el pecho.
En la medida que nuestro cuerpo y existencia material tiene su lógica, y su biología vivencial; el espíritu, vive en el cuerpo realizando experiencias que le den el conocimiento. Pero nos volveríamos locos, si fuéramos capaces de recordar todos y cada uno de los sueños y experiencias oníricas que se dan en la negrura de la noche. En un determinado momento este viaje al otro lado, se puede hacer consciente.
Algunos viajeros de principios del siglo pasado, como Roerich, se quedaron perplejos cuando lamas del Tíbet describían tal o cual calle de New York o los palacios de San Petersburgo, sin haber salido jamás de las altas cumbres de los Himalayas. Pero el asombro era mayor, cuando estos seres, con una disciplina profunda en el desdoblamiento del cuerpo, hablaban de otros planos de existencia, de planetas habitados, de seres que viajaban en extraños vehículos espaciales por todo el Universo. De templos de conocimiento, donde se recibía la luz del espíritu, que al ser humano le hace consciente de la sabiduría divina.
Yo también acudí a dicho templo. La experiencia, fue corta en su vivencia, pero en el regreso a la vigilia consciente, se dispararon en mi cerebro miles de imágenes, razonamientos, reflexiones, que ahora mismo tengo dudas de poder verter, tal y como las concibió mi espíritu. Y es que el conocimiento que se recibe en la cuarta dimensión, resulta imposible o extremadamente difícil, verterlo en el plano humano. Pero no solo resulta difícil, sino peligroso, incluso arrogante o en cierta medida subversiva. Es por esto que he tenido dudas en contar estas vivencias, pues pertenecen, más a mi plano subjetivo, que al conocimiento común. En cualquier caso, no dormiría tranquilo sin contarlo, pues quizás a unos pocos le valga, no tanto para que acepten cuanto cuento, sino como acicate para cuestionarse su vida, su conocimiento y sus principios éticos y espirituales. De antemano, debo pedir perdón, para quienes se sientan heridos en su fe.
Era de noche. Estaba durmiendo plácidamente. En un momento vi como mi cuerpo se desdoblaba. Fui llevado a una sala, donde había baldosas blancas y negras en forma de rombo. Aquella sala era un lugar de iniciación. A mi derecha estaba mi madre y frente a mí, estaba mi maestro. Luego, con la desaprobación de la madre, mi maestro me besó en la boca. Su beso sabía dulce, aunque en mis entrañas sentí el amargor de algo que removía mis
órganos. –Este eres tú- Me dijo, y al instante, vi que era viejo, con barba y pelo blanco, pero además de ser viejo, era sabio, inmensamente sabio. Fue este anciano, que al parecer era yo o habita en mi, quien acudió al templo antes citado. Allí fui recibido por tres seres casi idénticos, que con trajes luminosos me miraban con una ternura infinita. Me entró una gran congoja al ver que yo era insignificante ante aquellas entidades.
He dicho al principio que esta experiencia es corta. Realmente fue así, puesto que una voz, que salía de los tres a la vez, y que yo escuchaba sobre todo en mi cabeza, me dijo: “No nos gusta el ser espiritual, sino el ser evolutivo” Y aunque parezca mentira, aquí termina la experiencia onírica. Lo más terrible, fue volver a la vigilia de la mañana siguiente, puesto que al despertar, todo lo que estaba a mi alrededor, comenzó a manifestarse de otra manera, Cada cosa me hablaba y me hacía sentir incómodo, puesto que comprobaba la forma de vivir y de pensar del ser humano y me sentí avergonzado. Todo adquirió una dimensión renovada, que chocaba contra mis principios morales, que yo pensaba que eran sólidos y bien estructurados. Simplemente, no hemos entendido nada, pero lo más grave, es que morimos y nos matamos en nombre de nuestros errores y concepciones morales, espirituales y religiosas. Voy a intentar poner palabras a las sensaciones que viví después de aquella insignificante experiencia. Imaginad un carpintero de hace dos mil años. En su taller tenía madera, incluso varias variedades de madera, clavos, herramientas y por supuesto el ingenio necesario para hacer sillas curvas, planas, grandes, pequeñas, artísticas, etc. Etc. incluso lograba hacer verdaderas obras maestras, ingeniosas y avanzadas a su tiempo. Pero siempre terminaban por ser sillas de madera, con incrustaciones de metal, de nácar o de oro.
Imaginad ahora un carpintero, con las mismas habilidades, pero dos mil años más tarde; es decir, un carpintero de nuestro tiempo. Este artesano con la misma pericia que el antiguo, podía, no obstante, hacer la silla de plástico, de aluminio, de metacrilato. Combinando cientos de miles de variantes, en la medida que no solo tenía clavos y madera, sino todos los elementos que la ciencia y la investigación, ha conseguido descubrir en estos dos mil años que separan a ambos.
El primer carpintero es un “artista espiritual” el segundo es un artista igualmente, pero más evolucionado. La diferencia por tanto está en la experiencia acumulada en el segundo, que es superior al primero. No es mejor el uno que el otro, ni bueno ni malo, sino simplemente más evolutivo, más viejo y por tanto con más recursos. Este pequeño ejemplo me da pié a juzgar comportamientos entre lo espiritual y lo evolutivo, que sigue el mismo patrón; es decir, tiempo, evolución y experiencia. Voy por tanto a desvelar teorías que pueden parecer heréticas, en la medida que parecen agredir a la doctrina, cuando simplemente son reflexiones basadas en el conocimiento de seres que han caminado hace miles o millones de años por nuestro tiempo. Lecciones, que son impartidas en el templo de “Los hijos del Sol”
Tomemos el ejemplo de un ser altamente espiritual. Se me ocurre un místico ejemplar o un santo incuestionable de nuestra Historia. Por ejemplo: San Francisco de Asís.
Este ser calificado de místico o espiritual, renunció al mundo, a la riqueza, a la cultura popular de su época, al amor de su enamorada. Se despojó de todo, caminaba desnudo. Abrazaba a las fieras. Sublimó la pobreza y la renuncia de la vida, para someterse al auto-martirio, al retiro y a la miseria. Murió de tuberculosis joven, pues los excesos que realizó en nombre de Cristo pudieron con su vida. Este ser por celo a dicho amor, viajó a oriente a intentar convencer a monarcas y clérigos del error de sus respectivas doctrinas, invitándoles a abrazar la religión cristina. San Francisco de Asís, reprodujo los estigmas de Cristo y finalmente creó una orden de clérigos que siguieron su ejemplo, con el voto de pobreza, de castidad y de renuncia. Este santo es uno de los más venerados de la cultura Católica, Este ser es esencialmente la expresión de un ser espiritual. Pero siendo espiritual, San Francisco de Asís, no responde al patrón de un ser evolutivo; más bien por el contrario. Resulta ser contrario al plano de lo correcto, de lo equilibrado y de lo que los seres superiores entienden como evolutivo.
Desde el punto de vista evolutivo, sacrificar, martirizar, o atentar contra el cuerpo físico es un gravísimo delito. Pues el cuerpo es la mejor herramienta que tiene el espíritu para experimentar. Comer lo correcto, hacer ejercicio físico, realizar tareas psicosomáticas para que nuestro cuerpo este sano, es un deber, además de un derecho sagrado. Pero desde el punto de vista espiritual darse latigazos, pasar privaciones de hambre o poner cilicios punzantes para mortificar la carne es bueno. Sobre todo si se hace en nombre de Cristo. Tengo la absoluta seguridad que Cristo, no autorizaría de ninguna manea realizar en su nombre todas estas vejaciones. San Francisco de Asís, no podía sino seguir el modelo de su dios. Si el murió en la Cruz por todos nosotros, pues yo debo imitarle muriendo en una o mil formas diversas. Estos comportamientos responden a un proceso espiritual basado en una forma de cultura, a un modelo ejemplarizado de Cristo, pero no solo no es evolutivo, sino que es contrario a toda forma de progreso armónico. Debo razonar esto desde un punto de vista psico-social para que veáis la diferencia entre lo espiritual y lo evolutivo.
En una sociedad superior; es decir de carpinteros que han avanzado varios miles de años que nosotros, es inconcebible que un solo miembro de su comunidad, planeta o sociedad se muera de hambre. Si esto ocurre, se para todo, se cuestiona todo, se retoma todo proceso ético, puesto que para ellos cuando un hombre muere de hambre, muere Dios, en igual medida. Pues Dios, es todo, está en todo y se realiza colectivamente con todo.
En la sociedad terrestre, y sobre todo en las sociedades antiguas, al darse terribles desigualdades sociales, debían de buscar un sistema psico-social, incluso religioso, que les permitiera vivir, sin cuestionarse o parar la evolución colectiva. Así pues si un pobre se muere de hambre en la India; no es sino el resultado de su Karma; es decir, de su pecado de la vida anterior. Y si se muere de hambre en occidente, al ser la pobreza algo que realiza espiritualmente, incluso buscado por el propio San Francisco de Asís, pues resulta aceptable, incluso virtuoso. Siempre está el plano comparativo por el cual, si tal o cual desgraciado sufre, muere o pasa privaciones; más sufrió, más padeció y más renunció, el arquetipo cultural llamado Dios, que es Jesucristo. Por tanto tuvieron la necesidad de trasladar una religión basada en el dolor, en la sangre y en la muerte, puesto que de esta manear, la sangre, dolor y muerte social, parecía responder a algo previsible, deseable incluso necesario. Es por esto que la pobreza, puede ser incluso el mejor camino para alcanzar la virtud. Pero en una sociedad evolutiva, la pobreza engendra miseria, desigualdad y resentimiento, retrasando el progreso y la evolución colectiva. En una sociedad positiva se para la vida si desde su estrato social, emerge algún acto de dolor, de pobreza o de muerte. Siguiendo ese modelo “espiritual” la renuncia al sexo; es decir, la práctica del celibato, acerca a Dios. Por supuesto acerca a un Dios de renuncia, un poco masoquista. Así pues San Francisco de Asís, entendía que si rechazaba a su amada, podía conseguir acercarse más y mejor, al Dios que le habían trasmitido sus padres, sus sacerdotes o las escrituras.
Pero desde el punto de vista “evolutivo” renunciar al sexo no solo no es espiritual, sino contrario al proceso de crecimiento de la especie. Todo ser de una sociedad superior, debe cuidar su cuerpo, su alma, su espíritu, para realizar en el momento preciso, el acto más sagrado de la evolución; es decir, trasladar la vida, la cultura, la inteligencia y el aprendizaje experimentado en un niño, que seguirá en la misma media y modo, haciendo progresar la raza en el vasto Universo que nos contempla. En la sociedad evolutiva la práctica del sexo, sigue un patrón perfecto, no degenerado, puesto al servicio de la perpetuación ascendente de su especie. Pues si en un campo no se da la polarización, no se mezcla especie con especie, muere la vida y todo se queda yermo. Desde el punto de vista psico-social, el poderoso, con recursos adecuados, podía y debía tomar como esposas a una o varias de ellas. Así pues, que Mahoma tuviera una treintena de esposas, es para sus seguidores un acto de compasión y de amor a esas pobres mujeres desvalidas. Mientras que en occidente, si eres pobre y no puedes mantener esposa, pues deberás frustrar tu deseo, haciendo que tú renuncia sea santa y te eleve a dios. Así pues el poderoso, con muchas esposas, complace a Dios por ser generoso y caritativo antes las indefensas mujeres y el pobre, renunciando a la esposa, se hace santo por la práctica del celibato sagrado. De esta manera la locura social, sigue adelante, complaciendo a Dioses y hombres.
En un modelo evolutivo esto es aberrante. Simplemente porque la mujer en estos modelos sociales no deja de ser un pseudo-animal, sin dignidad al servicio del hombre. En las sociedades superiores, el hombre y mujer, desde el plano de la absoluta igualdad y dignidad, resuelven reflexivamente seguir el consejo de su corazón y de los sabios para tener un hijo perfecto, en forma perfecta y por supuesto inmensamente feliz. En una sociedad evolutiva, no es concebible tener un hijo, si el padre o la madre tienen taras físicas o psicológicas, si no se dan las condiciones sanitarias adecuadas o si existen limitaciones alimentarias o de recursos materiales. Esto es un acto tan sagrado, que compromete no solo a los padres, sino a todas las fuerzas sociales.
En nuestro planeta, se dan procesos religiosos tan esperpénticos, que incluso la práctica del sexo, que es algo biológico y consustancial a la raza, debía ser manipulado y utilizado como arma de poder por las castas dominantes. Así pues se crea el modelo de “pecado” por el cual, el sexo, ya no pertenece tanto al hombre sino a Dios y por supuesto a sus representantes en la Tierra. Como la práctica del sexo es imposible pararla, pues se debe practicarlo pero siempre para concebir hijos. De esta manera es algo aceptable y querido por la doctrina. Cuando el verdadero pecado, no es la práctica del sexo, que es una función hormonal consustancial al ser humano, sino el concebir hijos de padres tarados, mermados poco preparados, sin recursos, sin medios y en condiciones indeseables para la dignidad del espíritu del niño. Imaginen Vds. Que al Estado o a tal o cual casta dominante, se les ocurra poner un impuesto, cada vez que practicamos el sexo. Bastaría con poner un simple neurotransmisor electrónico en los órganos sexuales para controlarlo. Sería un impuesto más. Bueno; de la misma manera, otra casta sacerdotal, a lo largo de la historia, ha puesto un elemento de control mucho más poderoso y más eficaz, que un electrodo. Me refiero al mecanismo de “pecado”. Si cada vez que practico el sexo, cometo pecado y me voy al infierno, mi vida puede ser tan atormentada que puedo llegar a somatizar patologías gravísimas, frustrando mi vida y la de los demás.
En una sociedad evolutiva el sexo no es un problema, pues el ser equilibrado sabe cuando, como y de qué manera puede y debe ejercitar las funciones fisiológicas que competen a su salud física y psicosomática. En una sociedad evolutiva no se amenaza a nadie con el infierno. Resulta ser un recurso de terror impropio de un ser evolucionado. Para las sociedades más experimentadas el infierno es la ignorancia y el alejamiento de la luz del conocimiento. En nuestras sociedades maniqueístas el cielo e infierno
son atributos creados en forma ficticia para premiar a los que se someten y castigar a los que no aceptan un orden humano equivocado. San Francisco de Asís, se aleja de la sociedad y de su cultura de su tiempo y se recluye en unas ruinas, haciendo un terrible esfuerzo, con frio, dolor, privaciones para asemejarse a su modelo cultura, doliente y sangrante de Cristo. Esto es heroico y altamente espiritual de acuerdo a nuestro patrón cultural.
Pero desde el punto de vista evolutivo esto es una aberración, que no solo no te acerca a Dios, sino al mal. El ser evolutivo de una sociedad más perfecta, no solo practica la virtud con equilibrio, sino que se rodea del vestido perfecto, de los hábitos, y alimentos perfectos. Tiene lo necesario, nunca lo superfluo y se cultiva proporcionalmente en la ciencia, en el arte, en la meditación, en la materia y en cualquier forma del poliédrico conocimiento de la ciencia y del espíritu. El ser evolutivo no solo no busca la soledad marginal, sino que práctica en forma equilibrada la cooperación de los demás y los periodos de auto-reflexión personal. En las sociedades evolutivas se sabe que todos los seres, no son sino un solo ser pensante, interconexionado y dependiente. No tiene por tanto sentido vivir aislado o intentar separarse el proceso sociológico de todo. San Francisco de Asís, imbuido del auto-convencimiento de que su opción religiosa es la correcta intenta convencer a otro hombre, que en igual medida estaba convencido que su dios era mejor, más perfecto y por tanto con la capacidad de compadecerse del infiel, que en igual medida trataba de convencerle de lo contrario. El proselitismo, llamado la evangelización es un modelo espiritual deseable y practicado por todas las iglesias de la Tierra. En el modelo evolutivo, ninguna sociedad más avanzada, impone en forma activa o pasiva sus ideas, su cultura o su ética a otra sociedad menos evolutiva. Las civilizaciones superiores saben que la sabiduría se conquista por el auto-convencimiento y el autodescubrimiento. Los seres elevados están siempre en la senda del progreso, y esperan pacientes a que otros más atrasados avancen en el camino por si mismos hasta reencontrarse en un plano participativo de igualdad.
El afán de las sociedades espirituales por imponer su criterio de salvación a otros, ha generado a lo largo de la historia guerras santas, cruzadas y lo que es peor inquisiciones asesinas con aberrantes crímenes, practicados en nombre de Dios. En las sociedades evolutivas nada ni nadie puede justificar la muerte de ningún semejante y menos en nombre de Dios. En una sociedad consciente, es imposible seguir manteniendo una estructura como la Iglesia, después de haber practicado crímenes crueles de quemados en la hoguera, asesinados, torturados y ajusticiados en nombre de Dios. La simple vergüenza personal y la reflexión de que Dios nada tiene que ver con estas abominaciones, haría replantearse la existencia misma del ser humano y de sus principios morales y por supuesto no manchar la imagen de Dios, manteniendo la misma estructura asesina.
En las sociedades espirituales y en las diversas religiones, se personifica a Dios en hijos predilectos, profetas salvadores, mesías redentores, etc.etc. El ser humano adora a seres antropomórficos, hijos únicos de Dios o personificaciones de la deidad. El problema es que si Dios es negro, los blancos se sienten marginados, y si nace en África, los Asiáticos se preguntan porque no en su territorio. Cada tribu posee su propia deidad. En el modelo evolutivo personificar a Dios en un ser humano, es impensable, pues sería una forma gravísima de disminuir la Deidad. Todos siguen, persiguen y conciben un principio creador inalcanzable, infinito, absoluto y perfecto. En las sociedades evolutivas, Dios es y habita en cada hálito de vida en cada microbio en cada partícula de la naturaleza. Es por ello que todo es digno de respeto y de amor, que nada puede ser destruido. Todo vive en un devenir perfecto. En las sociedades espirituales, se sale de adorar a un madero en una iglesia y se quema un bosque impunemente o se bendice un submarino atómico en nombre de Dios o se reza hoy y mañana se fabrica una bomba capaz de matar a millones de seres humanos. En las sociedades espirituales es bueno inmolarse en nombre de Dios, puesto que al otro lado de la muerte el mártir es recompensado con cientos de doncellas, comidas, paraísos y tratos de favor.
En el modelo evolutivo matar una simple lombriz es un acto grave, pues la lombriz de hoy, mañana será serpiente, pasado mañana se pondrá de pié y dentro de millones de años será un ser antropomórfico repleto de experiencias, capaz de albergar un espíritu. En las sociedades espirituales se suplica a los muertos y se les adora en los cuadros, iglesias e iconografías de los mismos. En las sociedades evolutivas, hasta los niños saben que la muerte no existe, pues el espíritu no puede morir de ninguna manera. En las sociedades experimentadas se sabe que solo “los muertos se ocupan de los muertos”.
En la Tierra se levantan estatuas a héroes, que en nombre de la patria mataron a miles de enemigos. En las sociedades evolutivas, cualquier ser que mate a miles de personas, por el motivo que sea, no es digno de respeto ni de reconocimiento. Nadie pude concebir que un ser humano mate a otro por una bandera, una frontera o una constitución. La vida en estas sociedades es divina y merece el cuidado y el respeto absoluto. En el modelo espiritual morir o matar en nombre de principios, dioses o preceptos complace a Dios.
San Francisco de Asís es un digno modelo espiritual, reverenciado y admirado por millones de seres, que conciben a Dios de esta manera. Estos seres son absolutamente respetables. Son el carpintero que hace maravillas con madera y clavos. Pero que no han dado el paso evolutivo, que ya los niños recién nacidos intuyen y comienzan a construir. Serán estos niños, los que derriben las iglesias, quemen los recuerdos de dolor y de enfrentamiento religioso, para sustituirlos por una ética humanística, que practique la virtud por encima de cualquier fanatismo. El ser evolutivo del futuro; es decir el carpintero que además de clavos y madera tiene dos mil años más de evolución concibe a un ser evolutivo que: – Ama y cuida su cuerpo, pues sabe que es el templo del espíritu. Cuida su comida, hace deporte, no come productos insanos, ni alcohol, ni tabaco, ni come carnes, pues para comer carne, antes hay que matarlo. Y el propio amor y consideración de su propio cuerpo, le hace respetar en igual medida el cuerpo de su vecino o de cualquier ser vivo.
- Genera mediante el trabajo y la autodisciplina la riqueza necesaria para tener lo necesario y nunca lo superfluo. Y en igual medida trabaja para que sus semejantes tengan la misma dignidad económica o existencial. Un ser evolutivo jamás podría almacenar riqueza. Su fortuna debe ser la de las virtudes y nunca los elementos materiales. Nunca veréis a un ángel (extraterrestre) con un pantalón remendado o con una astronave remachada con hojalata. Todos los seres evolutivos tienen precisamente los medios para que su vida y la de sus semejantes sea conforme a la ética Universal. – Estudia, lee, se cultiva, investiga y aprende en todas las ramas del saber. En las sociedades evolutivas el sabio trabaja equilibradamente en la ciencia, en el humanismo, en la ética, en las ciencias naturales, en la ingeniería, etc. etc. Dedicar todo el tiempo al estudio de las escrituras sagradas se considera una pérdida de tiempo, y estudiar solo una rama del saber, una obsesión. En las sociedades superiores se cultiva proporcionalmente el cuerpo, el alma y el espíritu.
- Crea, construye y edifica su familia, su hogar, su casa. Ama, cuida y reverencia a sus antepasados y educa e instruye a sus hijos en la sabiduría de los sabios que le han precedido. En las sociedades evolutivas la casa propia tiene la misma consideración, cuidado y respeto que el propio planeta, y que la casa y morada de sus semejantes. Un ser evolutivo no corta un árbol, pues todos están contados y son válidos, no mata a un animal pues todos son una familia. No poluciona, ni produce ruidos, ni realiza pintadas, ni atenta contra la vida. – No se queda atado a los dogmas, del pasado. Aprende de los sabios, pero no adora a nadie. En las moradas de los seres superiores no se ven fotos de santos, ni seres humanos, sino flores, plantas y pinturas creativas y artísticas. En las sociedades evolutivas todo ser debe crear y mejorar el pasado. Todos son pintores, poetas, artistas, pero además científicos, filósofos, etc. etc.… En las sociedades evolutivas, se ama igual a tu propio hijo, que a los hijos de tus semejantes. Es inconcebible que un solo ser muera de hambre. – Nadie esta ocioso. Todos trabajan, todos cuidan de todos. Todos contribuyen al bien común, por encima de sus propios intereses personales. En las sociedades evolutivas la salud personal y pública es uno de los ideales perseguidos y valorados por encima de cualquier otro bien material.
- El ser evolutivo considera al hombre y mujer como idénticos en respeto, dignidad y personalidad. El matrimonio es una elección libre y dura tanto tiempo como el amor que se profesan. Tener un hijo es el resultado de dicho amor, y de un acto consciente, sagrado y respetuoso no solo para cada uno de los cónyuges, sino para el espíritu que desean reencarnar. – La muerte no es el final de todo, sino el comienzo de la verdadera vida. Nadie puede morir eternamente, ni deseándolo con todas sus fuerzas. En las sociedades evolucionadas la muerte es parte de la vida. No se pueden ver cultos a los muertos, ni fotos ni estatuas que les representen. La reencarnación es una de las verdades cósmicas aceptada por cualquier sociedad auto-realizada y consciente. – No existen sacerdotes, ni representantes de Dios. Un sacerdote y un científico son seres evolutivos, no existe el concepto espiritual como tal, ni unos son superiores a otros. Todos son necesarios, pero un oficio, una vocación, una profesión no es mejor que otra. Todos los seres evolutivos buscan la práctica de la virtud y se realizan en la ética colectiva. El Humanismo y el amor son las metas a alcanzar.
- El ser evolutivo se realiza mediante su vocación profesional. Todos los seres tienen derecho a realizarse profesionalmente en sus inclinaciones y habilidades. Pero nadie puede sustraerse a formar parte del colectivo social. En las sociedades perfectas, se conjuga con equilibrio entre la vocación personal y colectiva. – Mi individualidad es sagrada, pero no menos importante que el conjunto. El último niño nacido en las sociedades evolutivas es el ser más perfecto, el mejor de los sabios, puesto que el último de los nacidos reúne la información de todos los antepasados. – El templo en las sociedades evolucionadas está formado por paredes de quietud, de meditación, de introspección. No existen dogmas, ni religiones ni control del alma y del espíritu de cada individuo. No hay infiernos ni cielos, ni pecados. Solo consciencia o inconsciencia. Sabiduría o ignorancia. Es inconcebible para una sociedad superior estigmatizar las heridas de guerra del profeta de Dios o las llagas de Cristo. Una religión que eleva el dolor, la sangre y la muerte a valores espirituales, es la negación del más mínimo proceso evolutivo.
Ninguna sociedad del Cosmos puede vivir adorando a su dios correspondiente, mientras se fabrican bombas atómicas, capaces de destruir el planea a nivel de polvo, cuarenta veces seguidas. Pero lo que es aún más grave, ninguna sociedad evolucionada puede mandar capellanes a los ejércitos para bendecir a los que matan y a los que mueren en nombre de los valores espirituales, éticos o patrióticos, que nuestras sociedades citan. Después de aquella experiencia, a la semana siguiente, tuve un sueño, aún más perturbador, pues estando profundamente dormido, vi como mi cuerpo volvía a separarse y viajaba otra vez al templo. Dentro del mismo, vi llorando a Jesucristo, a Mahoma, a Buda, a Rama y a otros tantos seres que al parecer habían inspirado las religiones del mundo suplicándome que hiciera lo posible para que se destruyeran todos los templos, para que los seres humanos les dejaran en paz y no les invocaran, para que se dejara; de una vez por todas de invocar a Dios en su nombre. Aquella experiencia me hizo comprender la diferencia entre el ser espiritual y el ser evolutivo.
La era de Piscis ha terminado, pero los estertores de sus prácticas y hábitos todavía persisten en los viejos hábitos. En las religiones y dogmas, en los dioses, profetas e iluminados de cada opción espiritual. Aunque ahora suene a herejía, dentro de doscientos o trescientos años, Mahoma, Jesucristo, Buda o cualquier otro ser divino, formará parte de los hitos históricos. Serán anécdotas culturales. Nada más. Los iniciados que reencarnan en nuestros hijos y nietos, tienen la misión de destruir los templos, derribar a los dioses. Pues ellos saben, que “O enterramos a los dioses o los dioses nos entierran a todos” en guerras santas, herejías, dogmas, cismas, apostasías e infiernos. Todo es cuestión de tiempo. Tan solo hay que esperar a que los carpinteros del mañana tengan además de clavos y madera, nuevos materiales, nuevas herramientas y nuevas experiencias.
Finalmente el ser humano aprenderá a ver a Dios en la planta, en el búfalo, en el niño o en los amaneceres de este bello planeta. Finalmente el ser humano descubrirá que su cuerpo no termina en el límite de su piel, sino en la del lagarto o en el del arco iris que iluminará el mañana. Finalmente el ser humano dejara de ser espiritual para ser evolucionado.
Lice Moreno