miércoles, 12 de noviembre de 2014

TEMPLO SOLAR
Hay experiencias en las vidas de las personas que marcan nuestra conciencia y nuestro corazón de por vida. Nadie es indiferente ante el nacimiento de un hijo. También deja huella perpetua el enamoramiento de tu pareja, la muerte de una persona querida o esa extraña melodía, paisaje o situación que rompe tu capa de indiferencia, disparando lágrimas cargadas de emotividad.
Lo que resulta menos frecuente es la huella que puede dejar un simple sueño nocturno imprevisto, anómalo y circunstancial.
-         Ven conmigo hermano
Una bellísima mujer rodeada de un aura luminosa de beatitud me tomo de la mano. En ese mismo instante sentí que algo se desprendía de mi. Estaba vestida con un mono ajustado de color azul que dibujaba una figura perfecta. En el lado izquierdo de su pecho tenía dibujado en color dorado un círculo con un punto en su centro.
Gire la cabeza y vi mi cuerpo en la cama, aunque curiosamente mi otro yo más luminosa se precipitaba en el espacio de la mano de aquella mujer.
Aunque mi cuerpo físico permanecía en la cama, todos mis sentidos aun más potenciados viajaban conmigo. En ese estado de desdoblamiento la conciencia está infinitamente más despiertas y la percepción es volumétrica. El espacio y tiempo adquieren otra dimensión. Los colores, las formas, los gestos y los sentimientos que percibes son tan intensos que no puedes sino reflexionar que, no vienes de la vida, sino de la muerte en vida.
Es ahora cuando compruebas cuan limitado esta el espíritu prisionero de la cárcel del cuerpo físico.
Casi al instante me vi penetrando y tomando asiento en un templo inmenso de forma circular. Una intensa luz envolvía cada partícula de aquel ambiente.
Sentados en otros tantos sitiales, se percibían una enorme multitud de seres a cual más extraños y pintorescos. Había seres con caras casi animalescas. Bajos, altos, negros, blancos, otros casi etéreos, fantasmales, o sutiles.  Apolíneos, según nuestra concepción de la belleza y otros tantos tan diferenciados que si se presentaran en la tierra más de uno los confundiría con el propio diablo.
Pero en todos ellos había un común denominador y no era sino su conciencia, su belleza interior, su sabiduría y trascendencia espiritual. Enseguida vino a mi mente la frase del cuento de la bella y la bestia: “La belleza esta en el interior”
-         Este es el templo de los hijos del sol; de la fraternidad solar.
Aquella mujer parecía ocupar un puesto relevante en aquella estructura pues era percibida por todos los asistentes con una extraña mezcla de admiración y respeto.
-         Mira alli
Me dijo,  señalando a otros tantos seres que al parecer eran humanos. 
Les mire y comprobé que algunos los conocía. Me dirigí a ellos, pero no me respondieron, parecían ensimismados en un estado contemplativo.
-         Ellos no han venido en forma consciente. han sido arrebatados por su espíritu a través del sueño. mañana, cuando despierten quizás recuerden algunas escenas o su alma les dicte intuiciones, sensaciones o conocimientos que ahora mismo van a percibir. pero la mayoría olvidará una gran parte de lo aprendido.
Aquellos humanos no eran seres corrientes, curiosamente eran personas que destacaban del colectivo humano por sus virtudes, inteligencia o actividad humanitaria.
-         Solo los seres más evolucionados del universo pueden penetrar en este templo, solo los hijos del sol acceden circunstancialmente, cuando asi se lo programa su espíritu.
Fue entonces cuando comprendí porque aquel director de cine que se encontraba en el templo había creado una película que había movido la conciencia y el corazón de sus semejantes. Entendí de donde le venía la inspiración a aquel músico que nos había deleitado con aquella famosa melodía. Vi a varios inventores que, inspirados por el dictado del templo de la fraternidad solar, habían aportado un gran progreso al ser humano.
Se sucedieron imágenes de la historia de la tierra. vi a los antiguos dioses que después de asistir a las sesiones de este templo nos habían creado, vi a moisés, a Giordano Bruno o Mozart y otros tantos seres iluminados, que en forma inconsciente habían recibido la inspiración o el dictado de aquel templo y habían  impulsado la evolución de la humanidad.
-         Observa 
Me dijo la mujer.
Casi al instante del mismo centro del templo emergió una luz extraordinaria, que no podría describir con palabras humanas, pues era luz con volumen, con sonido, con vibración con conciencia.
Un clima de profunda beatitud se apodero de la sala.
-         Dios mío –Dije estremecido-
Por un momento me sentí pleno, en el seno del todo, con un grado de consciencia que jamás había sentido. Perdí la conciencia de mi identidad para ser uno con cada átomo de la existencia y no desee retornar, quería estar alli eternamente. Estaba extasiado y transcendido.
-         Esa luz que percibes es la suprema inteligencia. cada ser que acude a esta reunión la integrara en mayor o menor medida, según su grado evolutivo, su necesidad o su programa existencial. es una fuente inagotable de conocimiento absoluto, de perfección y de conciencia.
Luego sin querer comencé a llorar de tristeza pues comprendí la paupérrima concepción que los humanos tenemos de dios y lo alejados que vivimos de la verdadera sabiduría.
Pero fue aun mayor mi estupor al contemplar las imágenes que se mostraron a continuación.
-         Observa y aprende
Dijo la mujer.
Y como por arte de magia observé como se abrían las cabezas de todos los presentes, apareciendo en el interior de las mismas, una chispa de luz, que era exactamente igual a la que irradiaba el centro del templo. Algunos seres tenían mucha luz y otros menos. Incluso vi como de mi cabeza surgía el resplandor de mi propia partícula divina de luz.
volvieron las lágrimas a mi alma, pues acudieron a mi casi al instante las muertes, persecuciones, crímenes y aberraciones que el hombre infringe a su semejante en nombre de sus dioses, cuando en realidad dios vive en cada uno de nosotros y solo espera ser amado y descubierto.
-         Ahora juan  eres un humanista
La mujer me miro con unos ojos tan intensos que no pude si no enamorarme de ella y de todos los seres vivos del universo.
No se cuanto tiempo paso. A mi me pareció eterno.
Luego la luz se apagó. Los humanos que habían estado en el templo desaparecieron y retornaron al sueño del que habían partido. Pero otros tantos seres diversos se juntaron en grupos y actividades. 
Se programaron acciones, se activaron protocolos y se movilizaron las diversas razas para ejecutar y realizar las conclusiones de aquella reunión.
La mujer me dio tres besos, diciéndome:
-         Recuerda hermano, tu eres un hijo del sol. Vive y actúa con la aristocracia espiritual de la Fraternidad Solar.
Me desperté sobre mi cama empapado de sudor y con lágrimas en los ojos.  Ahora comprendía el afán de mucho seres sabios de entre los humanos en crear fraternidades y asociaciones en nombre del conocimiento, pues sin duda en sus espíritus aun permanecían los viejos recuerdos de lo que habían vivido en aquel templo donde se reunían los hijos del sol y los miembros de la fraternidad solar y en forma inconsciente deseaban emular aquel ambiente y aquel estado de conciencia.
Me levante para ducharme. Me dirigí al baño y al mirarme en el espejo me quede petrificado. Sobre mi frente aparecía en dibujado en forma extraña un circulo con un punto en su centro.
Han pasado los años, pero curiosamente cuando me encuentro recogido en mis pensamientos, o en sentimientos de amor y de paz, se dibujan en mi frente,  sin yo desearlo,  el mismo circulo con un punto en su interior, que me recuerda que soy un Hijo del Sol.